TradeSport 89 - Mayo 2002

Por Eva Melús tiempo estimado de lectura >>> 6 min. Las pérdidas del último ejercicio de las marcas deportivas de Benetton (PlayLife, Nordica, Prince, Rollerblade y Killer Loop) ascienden a 48 millones de euros, a costa sobre todo del mal momento de Rollerblade, según revela Sporting Goods Intelligence (SGI). La empresa ha iniciado un plan de choque, que pasa por reestructurar los canales de distribución y la logística de sus marcas deportivas, que ya ha comenzado a dar resultados. La división de deportes de Benetton redujo sus pérdidas en 11 millones de euros durante el cuarto trimestre de 2001. Los costes de personal, además, se han reducido en un 32%. Unos 200 trabajadores abandonaron la empresa en el último año y, según reveló el CEO de Benetton, Luigi de Puppi, entre 20 y 30 asalariados italianos de las marcas deben dejar su puesto este año. Luciano Benetton, máximo accionista y factótum del imperio que integra al grupo, Edizione Holding Spa, explica el mal momento de su división deportiva en la coyuntura económica internacional. “Todas son marcas muy sólidas, aunque los productos deportivos no viven una buena época en general y por lo tanto no podemos estar contentos con los resultados. Sin embargo, creemos que va a mejorar y seguimos invirtiendo en investigación y desarrollo con la esperanza de que podamos remontar”, dijo durante la presentación de la gran superficie que la marca abrió en el corazón de Barcelona en marzo. Rollerblade, el gran lastre de la división, ya consiguió reducir sus pérdidas durante el último trimestre del año pasado. El grupo Benetton, que siempre ha presumido de fabricar el 90% de su producción en Europa, ha trasladado a Hungría su línea de producción italiana de la marca. Además, los gastos de publicidad bajaron en un 17%, más o menos en consonancia con el descenso de las ventas. Benetton pretende reducir las pérdidas de Rollerblade en 15 millones de euros este año y volver al nivel de pérdidas que la división deportiva de Benetton al completo registró en el primer trimestre de 2001. El grupo compensó parte de sus pérdidas del último ejercicio con las ventas de sportwear (United Colors y Sisley). Su propietario anunció en Barcelona que la facturación del último ejercicio alcanzó los 2.100 millones de euros y que la marca tenía entre 4.000 y 5.000 puntos de venta por todo el mundo, una cifra muy amplia pero que da idea de la magnitud de su imperio. Edizione Holding Spa, la sociedad financiera de la familia Benetton, incluye también negocios de hostelería, comunicaciones y hasta equipos de baloncesto y rugby. SGI revela que las ventas totales del grupo han subido un 4% gracias a la venta de casualwear, que asciende a un 9,5% y ha generado un margen real del 20%. Nordica, la primera marca deportiva que se asoció con Benetton, sigue siendo la abanderada de la división. “Su buen momento se reflejó en el papel de nuestros deportistas en el último Campeonato del Mundo”, dijo Benetton refiriéndose a la medalla de oro de Michaela Dorfmeister y a la plata conseguida por Kjetil André Amot. Según fuentes de la propia empresa, Nordica controla una cuota importante del mercado de material duro de esquí. Prince, ensamblada a Benetton desde 1990, está “bien posicionada” en el mercado, según palabras del propio Luciano. PlayLife, como el resto de marcas, revisa sus canales de distribución, aunque sus ventas en sportwear crecieron un 14% durante el último año. Killer Loop se mantiene estable. Rollerblade es la asignatura pendiente. “Es un producto fenomenal, pero los patines en línea son muy duraderos. El mercado está a la baja y las novedades en el sector no tienen excesivo impacto”, dice Benetton. [Grupo Benetton] ts14 Su división deportiva perdió 48 millones de euros en 2000. La empresa está revisando sus canales de distribución y ha reducido sus gastos de personal. Rollerblade es el gran lastre Benetton inicia un plan de choque para superar su crisis en el sector Unos 200 trabajadores abandonaron la multinacional en el último año y la factoría italiana de Rollerblade se traslada a Hungría Luciano Benetton inauguró una tienda de dos plantas en los locales del desaparecido cine Fantasio, en el comercial Paseo de Gracia de Barcelona. Allí trabajan de 20 a 30 personas, y según dijo “es como una pequeña fábrica”.

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