63 A FONDO - INVIERNO El invierno 2024/2025 está siendo relativamente bueno. Ha hecho frío y, aunque tarde, ha nevado mucho. Y esto, en un sector donde outdoor y deportes de nieve tienen un peso importante (en unidades y, sobre todo, en volumen), es determinante en el global del año. Y en los ánimos del sector en general. En la temporada de invierno hay dos universos sobre el que se centran todas las miradas. Por un lado todo lo relacionado con los deportes de nieve, especialmente el material duro; por otro lado, y también estrechamente vinculado con estos deportes, aunque en un plano más global y no sólo técnico, el textil invierno (donde el Outdoor también tiene un peso importante). El calzado se vende bien durante todo el año, pero el textil outdoor cuesta venderlo en meses de calor, y es en invierno cuando esta categoría se juega gran parte de su éxito o fracaso. El frío ha dinamizado el sell-out de las colecciones invernales en la recta final del año. Y eso, lógicamente, ha animado al sector: se vuelve a ganar ritmo en el sell-out y, lógicamente, en el sell-in. EL ESQUÍ, REDIMENSIONADO, APROVECHA LA NIEVE Llevamos tiempo diciéndolo: el esquí es, probablemente, uno de los sectores que más ha cambiado en los últimos 20 años. Y el cambio fue forzado. Y muy duro. El espectacular revés que sufrió durante dos inviernos excesivamente cálidos hace unos 15 años, cuanto del cambio climático apenas se hablaba, puso en jaque al segmento. Al borde del jaque mate. En España y en toda Europa el descalabro fue histórico. Sin nieve no hay ventas, y sin ventas hay mucho miedo. Y cierres. Por suerte, y a pesar de los daños colaterales, al final el esquí fue capaz de aprender la lección y darse cuenta de que, durante muchos años, las cosas se veían mucho mejor de lo que en realidad eran. La industria se redimensionó y empezó a trabajar de una forma mucho más racional tanto en la fabricación como en las programaciones. Muchisimas tiendas se quedaron en el camino, alguna de ellas histórica, pero las que aguantaron el terremoto redefinieron sus estrategias. Y también las marcas lo hicieron, apostando por una producción mucho más acorde con la realidad del mercado. Y asumiendo, además, que lo de los inviernos cálidos no sería una excepción. Cuando se hacen previsiones mucho más racionales y comedidas, el batacazo se asume con bastante menos dramatismo. En esta nueva filosofía del esquí, el primer paso fue entender que el potencial que muchos auguraban al esquí no era tal. El techo en practicantes está muy cerca, y aunque el auge de nuevas modalidades –impulsado por las marcas- ha ido sirviendo para dinamizar las ventas, las cifras de practicantes habituales apenas han variado. Ir a esquiar sigue siendo uno de los deportes más caros de practicar, tanto por el material necesario como por el coste que conlleva el desplazamiento (hoteles, restauración, forfaits…). Y con este panorama, que muy poco tiene que ver con marcas y tiendas, las posibilidades de experimentar un fuerte boom de esquiadores son bastante remotas. Y más ahora, insistimos. Con o sin nieve, la realidad es que, por mucho que las marcas se esfuercen en innovar y, sobre todo, en potenciar deterCon o sin nieve, la realidad es que, por mucho que las marcas se esfuercen en innovar y, sobre todo, en potenciar determinadas modalidades –especialmente las que atraen a un target joven- el margen de crecimiento del esquí, en practicantes y en ventas, es bastante limitado
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx