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36 FERIAS MÁS NOTICIAS DEL SECTOR EN: WWW.INTEREMPRESAS.NET • SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER es uno de los deportes con más potencial de crecimiento a nivel internacional y eso se ha dejado notar. Y mucho. Como también ha quedado claro que el pickleball también apunta maneras. El “problema” que puede tener ISPO, y que ya se ha notado en esta edición, es la fuerza que están ganando algunas ferias especializadas, que tienen muchos números para “centralizar” ese éxito del pádel y convertirse en los encuentros de referencia para aquellas marcas que quieran ganar presencia a nivel internacional. Y como en el pádel, puede pasar en otros muchos segmentos. UN PROBLEMA GLOBAL Lo de ISPO no es una excepción. Es un problema que sufren muchas grandes ferias… de muchos sectores. El concepto más tradicional, el de presentar producto y empezar a apuntar pedidos está más que caducado. Desde hace años. Puede que a día de hoy ni siquiera tenga mucho sentido estar en las ferias por imagen. Las formas de vender y de comunicarse con los clientes han cambiado por completo. Y también lo han hecho las herramientas. A día de hoy se hace cada vez más difícil encontrar una feria profesional que no esté atravesando ciertas turbulencias y, sin embargo, sí es relativamente fácil encontrar algún encuentro que, enfocado más al B2C -consumidor final, vaya- y con un concepto más cercano al de un gran evento que al de una feria, esté ganando fuerza. ¿Significa eso que el camino tenga que avanzar hacia un modelo de estas características o, en el mejor de los casos, híbrido? Ni mucho menos. Las ferias profesionales siguen siendo necesarias. Tanto o más que antes. El problema es que no pueden quedarse ancladas en la fórmula del “mostrar producto”. Tienen que ir mucho más allá. Dejar de pensar exclusivamente en metros cuadrados alquilados y empezar a pensar en lo que pueden aportar al mercado para seguir siendo relevantes. Y si en vez de 7 u 8 pabellones se llenan 2 o 3 no pasa nada. Si la propuesta aporta valor, el sector lo convertirá en imprescindible. Que es lo que cuenta. ISPO, en este sentido, arrastra una losa muy pesada, la de sus años dorados. Y la transición no es fácil. Porque valor, aporta mucho. Y más en los últimos años, con su firme apuesta por dar más espacio a lo digital, a la innovación, a las herramientas que tiene a su alcance el retail para luchar en un mercado cada vez más competitivo y agresivo. Todo esto lo ha hecho y lo sigue haciendo, pero ni siquiera este gran trabajo nos impide comparar lo que fue con lo que es. Es así de injusto. Sobre todo para sus organizadores, que ven como esa apuesta por el conocimiento se da paralelamente a la pérdida de grandes expositores. Y eso le pasa a ISPO, y le pasa a muchas otras ferias… SI ALGUIEN PUEDE, ES ISPO… ¿El futuro? Es obvio que ISPO necesita reinventarse. Necesita construir nuevas propuestas que ayuden al salón a recuperar el protagonismo que tenía no hace muchos años. Es casi imposible, por cómo ha cambiado el mercado, que vuelva a llenar todos sus pabellones, pero es evidente que algo tiene que cambiar. ISPO ya no se enfrenta solo a los cambios que puedan darse en el mercado; también se enfrenta a ferias más locales y especializadas que están ganando peso y, sobre todo, a una nueva manera de relacionarse entre marcas y detallistas que pone en riesgo ese modelo más tradicional de feria que muchos siguen viendo en ISPO. El sector necesita una ISPO fuerte. E ISPO necesita un sector fuerte. Eso es innegable. Como también lo es que la propuesta de ISPO tiene que evolucionar. Como lo está haciendo, y muy bien, desde la pandemia. Y tiene que hacerlo sin mirar hacia atrás, porque las cosas nunca volverán a ser como fueron. Ni falta que hace. La apuesta por aspectos tan relevantes para el sector como la innovación, la salud o la sostenibilidad tienen que consolidarse en el tiempo. Y hacerlo más allá del balance de resultados. Porque ISPO, habiendo perdido parte de su capacidad para generar negocio entre marcas y tiendas (y no por culpa suya, sino del mercado), en lo que debe enfocarse es en crear conocimiento. Y oportunidades. Que hay muchas. Y la edición de este año así lo ha confirmado. Basta con ver la respuesta que han tenido algunas de las presentaciones que se llevaron a cabo en los pabellones B1 y B2, muchas de ellas enfocadas a la innovación (en materiales, servicios, diseños...). Con más o con menos expositores, ISPO sigue siendo el mejor escaparate para construir y presentar el futuro del sector… n

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