34 FERIAS MÁS NOTICIAS DEL SECTOR EN: WWW.INTEREMPRESAS.NET • SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER ISPO Munich, obligada a reinventarse Del 3 al 5 de diciembre se celebró, en Munich, una nueva edición de ISPO, el gran punto de encuentro del sector de artículos deportivos. Y las sensaciones, para qué engañarnos, no fueron del todo buenas. Por las razones que sea —que las hay— el salón sigue perdiendo fuerza y cuando en los pasillos —y en los stands— el tema principal es, precisamente, este debilitamiento, mala señal. Las cifras oficiales de la edición de este año de ISPO hablan de “cerca de 2.300 expositores de 50 países, 55.000 participantes de 113 naciones, unos números que consolidan a ISPO como el punto de encuentro que refleja y materializa la evolución del sector”. Pese a que estas cifras son ligeramente inferiores a las de 2023 (2.400 expositores de 55 países y 60.000 visitantes), el balance de los organizadores es bueno. Sobre todo porque se ha dado un paso al frente “para rediseñar el deporte y la tecnología con una mirada hacia la salud y la sostenibilidad”. Para Tobias Gröber, director ejecutivo del Grupo ISPO, el salón ha conseguido “fusionar tecnología y salud, dos factores que definirán el futuro del deporte”. Que ISPO siempre ha tenido la capacidad de reinventarse y adaptarse a un mercado tan cambiante lo hemos dicho mil veces. Como la gran feria del sector siempre se ha esforzado en dar respuesta a las necesidades de todos los actores de un mercado cada vez es más complejo y cada vez es más imprevisible en su evolución. Un mercado donde, además, el concepto de feria tradicional hace tiempo que no se sostiene. Por eso ha cambiado tanto ISPO en la última década, alejándose poco a poco de este “tradicionalismo” y apostando por los servicios y, sobre todo, por dar protagonismo a todo aquello que puede ayudar a las empresas a adaptarse a esta vertiginosa evolución del sector: sostenibilidad, innovación, salud, digitalización… El sector está cambiando e ISPO, como siempre, se esfuerza en reflejar estos cambios, potenciarlos y convertirse en un perfecto aliado para que las compañías avancen hacia ese futuro… Pero las intenciones, a veces, sirven de poco. O mejor dicho, no se valoran como cabría esperar. Quizás porque la situación actual no es la más adecuada para adaptarse a estos cambios o, quizás, porque para muchos no es el camino que quieren o pueden seguir ahora. Y la realidad, al final, es que por muchos esfuerzos que haya hecho ISPO, la edición de este año ha dejado mucho que desear. En expositores, en visitantes y en sensaciones.
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