TradeSport - TQ336

143 A FONDO - DEPORTES DE EQUIPO El fútbol lo acapara casi todo. Es el deporte rey en practicantes y en seguidores y monopoliza las páginas de los diarios y los minutos de la televisión. Sin embargo, en el panorama deportivo español existe un abanico de deportes de equipo que cuentan con una larga tradición y con volúmenes de practicantes y de ventas suficientemente atractivos como para que, al menos, las marcas les presten atención. A unos más que otras, está claro. El más destacado, sin duda, es el baloncesto (un deporte con mucha fuerza a nivel escolar y muy popular en nuestro país) pero hay otros como el Balonmano, el Voleibol o el Hockey que también hay que tener en cuenta, especialmente en su vertiente más “escolar”. Y especialmente en determinadas zonas. Los tres, como el baloncesto, están a años luz del fútbol, pero, aun así, representan una oportunidad para marcas y tiendas. Entre otras muchas cosas, porque la competencia no es tan fuerte como sí lo es en el fútbol, donde hacerles sombre a los 3 gigantes es prácticamente imposible. Los nichos acaban siendo mucho más rentables que meterse en guerras perdidas. BALONCESTO: UN REFERENTE CON PROYECCIÓN GLOBAL El baloncesto ocupa un lugar privilegiado como segundo deporte colectivo más practicado en España. Su tradición en colegios y clubes le ha permitido mantenerse como una opción muy relevante, especialmente por su popularidad entre niños… y niñas. A diferencia del fútbol, y aunque es cierto que las cosas han cambiado en los últimos años, el baloncesto siempre ha sabido captar a un público más diverso, gracias a su accesibilidad y atractivo para ambos géneros. Por eso, si miramos las bases, las diferencias entre el fútbol y el baloncesto no son tan abismales como pueden serlo en dinero, espacio en los medios o influencia de sus jugadores. Al igual que el fútbol, nos basta la cifra de federados para darnos cuenta de que el baloncesto es uno de los deportes más practicados en edad escolar y uno de los que mayor peso tiene dentro del global del sector, especialmente en calzado. La oferta en tienda está muy por debajo de la que pueda tener el fútbol, en unidades, pero hay muy pocas tiendas multideporte que no tenga algún modelo para baloncesto. Otro tema es la especialización: si en fútbol la cosa se ha segmentado considerablemente y las especialistas apenas superan la veintena, en el baloncesto está especialización es prácticamente nula, con apenas 4 o 5 grandes referencias en nuestro país. ¿Por qué? Pues por dos razones muy simples: por un lado, por el protagonismo que ya tiene en el comercio multideporte y, por otro, por el peso que tiene Decathlon en un deporte cuyo principal target son los más pequeños. Es cierto que, como en el fútbol, cuando los niños crecen ya empiezan a reclamar marca, con Nike a la cabeza. De hecho, la inversión que hacen las grandes marcas del baloncesto, con Nike como referente, pero, también, con Under Armour o Puma apretando últimamente, es un perfecto aval para darse cuenta del peso que tiene el baloncesto a nivel mundial, con inversiones, en algunos mercados -como el norteamericano- que nada tienen que envidiar a lo que mueve el fútbol en Europa. El gran problema del baloncesto, que en parte también sufre el fútbol, es que a partir de una cierta edad la práctica cae en picado, y aunque es verdad que hay muchos jugadores que estiran su “vida deportiva” en equipos seniors, el gran grueso de jugadores deja este deporte en edad universitaria. Y eso, evidentemente, limita mucho las ventas. Por suerte, como ha pasado en el fútbol -aunque con menos fuerza- la moda ha dado un impulso considerable al baloncesto.

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