49 A FONDO - PÁDEL pero el retorno a un mercado orientado al precio ha complicado la situación y nos ha transportado a diez años atrás. Con el agravante, encima, de que ahora el consumidor es ultraconsciente de que puede sacar muy buenos descuentos cuando vaya a renovar su pala. Y el camino a la inversa, es decir, volver a hacerle entender al consumidor el valor de las cosas, es muy cuesta arriba. LA INTERNACIONALIZACIÓN: UNA LUZ EN EL HORIZONTE Pese a los desafíos en el mercado local, el pádel tiene un futuro muy brillante, especialmente en su internacionalización. En muchos mercados de todo el planeta el deporte está ganando popularidad rápidamente y las marcas que están sabido posicionarse en estos territorios tienen una oportunidad de oro para lograr fuertes repuntes. Es aquí donde las grandes multinacionales del deporte y las marcas más veteranas de pádel pueden competir de manera más efectiva, en un entorno donde la saturación no es aún tan pronunciada. Porque todos esos oportunistas de los que hablábamos antes no tienen capacidad alguna para salir de su mercado y porque las marcas locales aun no han conseguido posicionarse. La clave de esta expansión internacional será la capacidad de las marcas para adaptarse a las particularidades de cada mercado. A diferencia de España, donde el pádel ya está establecido y hay una sobreoferta, en muchos otros países todavía hay espacio para crecer y establecer una base de consumidores leales. Aquí, las marcas deben aprovechar su experiencia y conocimiento del deporte para crear productos adaptados a las necesidades locales y, sobre todo, para evitar los errores cometidos en España. ADAPTACIÓN Y AJUSTES Después de un 2021 espectacular y de un 2022 en el que se mantuvo cierta inercia, tanto 2023 como este 2024 que termina han sido años marcados por una gran incertidumbre y, sobre todo, por la necesidad de liquidar los stocks acumulados. Dos años en los que una de las grandes patas del pádel, la del material -y en especial las palas- ha tenido muchísimas dudas, pero, también, años en los que ha quedado más que más allá de este contratiempo, el pádel continúa muy activo. Los instaladores pueden dar fe de ello, ya que sus agendas reflejan que el crecimiento seguirá a un buen ritmo, tanto en nuestro país como en el ámbito internacional, particularmente en mercados donde el futuro parece prometedor. El exceso de stock ha sido y sigue siendo un problema serio, pero también es transitorio… si aprendemos de nuestros errores. Lo ideal hubiera sido mantener los precios, no devaluar los productos y esperar que la demanda se recuperase. Pero la realidad no entiende de teorías, y en la práctica, las marcas necesitan liquidar sus inventarios para obtener liquidez y volver a producir, y las tiendas no pueden adquirir nuevos productos si no logran vender los que tienen en el almacén. Ambas partes se ven forzadas a sacrificar una parte significativa de sus márgenes para, al menos, conseguir capital para las siguientes temporadas. Esa es la dinámica del mercado. Estamos en un ciclo, y actualmente vivimos un momento peculiar en el que, a pesar de que la práctica sigue siendo activa, las ventas han caído drásticamente. Y no es que la El gran problema del pádel es el cortoplacismo con el que se ha gestionado su crecimiento. Ante la necesidad de vender grandes volúmenes de stock, muchas marcas y tiendas han recurrido a estrategias de descuentos agresivos. Y aunque obviamente esto puede generar ventas a corto plazo, a largo plazo perjudica, y mucho, la imagen del producto y del segmento
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