A FONDO - PÁDEL 50 y con una oferta, de producto y marcas, todavía excesiva, con una multitud de marcas buscando hacerse un hueco. Y si, lo hemos dicho muchas veces: el 80% de las ventas las concentran las 20 principales marcas, que en la mayoría de casos mantienen una política de precio más o menos 'lógica', pero ese 20% restante es suficientemente importante como para alterar el segmento. Porque necesitan encontrar fórmulas para poder subsistir. Y en la mayoría de casos esas fórmulas pasan por reventar precios. Por eso no es de extrañar que en este último año haya vuelto a coger fuerza la famosa venta de maletero, una de las pocas alternativas que tienen muchas de estas marcas, junto con la presión a clubs con fórmulas pro-shop, para tener cierto recorrido. 2024 (Y 2025): AÑOS DE TRANSICIÓN… RETOS. Que las cosas cambien radicalmente este 2024 es muy complejo. Mínimo se necesitan un par de años para volver a recuperar cierta normalidad. Porque ese es el gran reto del pádel: recuperar la normalidad. Y eso no significa, ni mucho menos, volver a los ritmos de 2020 o 2021, pero sí que debemos intentar subir un poco la velocidad respecto a 2022 y, sobre todo, 2023. Y no es algo excesivamente complejo, porque, insistimos, el pádel está atravesando un excelente momento en cuanto a la práctica, pero es obvio que, a nivel de mercado, es necesaria una reordenación -otra- y recuperar el equilibrio entre demanda y oferta En este contexto, uno de los retos más complejos a los que se enfrenta el pádel a corto plazo es el de 'reeducar' al consumidor. Por decirlo suavemente. Durante meses el precio ha sido el gran reclamo para vaciar almacenes, y casi siempre con descuentos exagerados. Eso ha servido, entre muchas otras cosas, para que muchos jugadores tuvieran acceso a gamas media-altas y altas a un precio bastante bueno, pero el problema es que ese consumidor se ha acostumbrado a comprar más barato. A los descuentos. Y ese camino, tan fácil de ida, es archicomplejo de vuelta. La estrategia de casi todas las marcas, con el panorama que había, era hasta comprensible, pero eso sacrificio del margen en pro de la liquidación de stocks puede tener consecuencias muy graves en este futuro inmediato. ¿Por qué pagar 350 por una pala que hace un año podía comprarse por 200? ¿Realmente las palas valen lo que cuestan? Esas son preguntas que muchos jugadores se han hecho en los últimos meses, y las marcas tendrán que trabajar muy fuerte, sobre todo a nivel de marketing, para hacerle entender al consumidor el precio de las cosas. El camino, en este sentido, no es fácil, y no parece que en este 2024 las cosas vayan a cambiar mucho. No mientras esa oferta siga disparada y las marcas (y tiendas) se sigan viendo obligadas (guste o no, es así) a apostar por las ofertas. Ofertas que, si son razonables, tampoco es un drama, pero que si se pasan de frenada van a dificultar, y mucho, que, en el día de mañana, cuando ese desequilibrio oferta y demanda desaparezca (que lo hará más pronto que tarde), el consumidor esté dispuesto a pagar el precio 'oficial'. En cualquier caso, todos los retos son buenos. Y el pádel tiene un margen de recorrido infinito a nivel mundial… y muy bueno a nivel nacional. Todavía. Y a medida que a ese sobrestock se le de salida, todo se irá normalizando. Las cosas suelen complicarse mucho después de un repunte tan espectacular e inesperado como el que experimentó el pádel tras el encierro, y cuando se constate que ha habido un reajuste de la producción y de las programaciones, cuando los almacenes de marcas y tiendas tengan un stock más ajustado a la demanda (una demanda que, a priori, tiene que tener una evolución más progresiva), las cosas volverán a la normalidad y el pádel, de una forma más moderada, lógica, racional y dimensionada, podrá aprovechar mucho mejor todo ese espectacular margen de recorrido que tiene. Que es mucho. Aquí y en todo el mundo. n "Estamos en una etapa de ajuste. De recuperar la normalidad productiva y logística. De redimiensionarse después de una desaceleración importante de la demanda. Importante y previsible. Y lo sorprendente, en este contexto, es que sigan apareciendo nuevas marcas. Y muchas"
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