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41 A FONDO - OUTDOOR Desde la llegada de la pandemia, el deporte ha cambiado su estatus de manera significativa. El confinamiento representó un punto de inflexión crucial, y aunque deportes como el ciclismo, el pádel, el running o algunas actividades al aire libre ya estaban en crecimiento, con el COVID ese crecimiento se disparó en términos de practicantes y ventas ya que sus modalidades más accesibles y asequibles eran una gran ventaja en una crisis económica que imponía el ahorro y buscaba alternativas de ocio más baratas. Deporte, naturaleza y economía eran una combinación perfecta, y el sector supo aprovecharlo. Sin embargo, con el tiempo y la economía jugando en su contra, las cosas se torcieron un poco. Afortunadamente, dos modalidades que seguían creciendo independientemente de factores externos –el trail y el travel– actuaron como un contrapeso. Desde entonces, superada la crisis económica, el Outdoor ha tenido una buena progresión en practicantes y ventas globales, a pesar, como hemos dicho antes, de algún que otro frenazo. Su gran ventaja es que siempre ha encontrado un salvavidas -ya sea una modalidad en auge o una categoría fuerte como el calzado- que ha ayudado a resistir las crisis y los bajones del segmento. Y en este contexto, la moda ha sido un buen aliado en los últimos años. El futuro a corto y medio plazo, incluso en una situación favorable como la actual, no invita al optimismo. Quienes han hecho bien los deberes desde hace tiempo, sean online u offline, sacarán partido al presente; pero quienes no se han movido y siguen gestionando el Outdoor como si fuera el mismo de hace una década, no solo no aprovecharán el momento, sino que pondrán en peligro su futuro. Que determinados especialistas estarían en riesgo, pocos lo imaginamos hace 3 o 4 años, pero la práctica -que es muy buena- ni es un indicador fiable de las ventas ni nos da ninguna pista de quién vende. POTENCIAL INTACTO Y UNA BASE QUE SE ENSANCHA Pese a las dificultades que pueda tener una parte de este universo, el Outdoor sigue siendo uno de los segmentos con mayor margen de crecimiento en el sector. Y es asi, básicamente, por el creciente interés en la naturaleza, el bienestar y el deporte, una combinación que garantiza un futuro prometedor. Aunque habrá quien aproveche mejor este nuevo panorama, es indiscutible que el potencial del Outdoor sigue siendo enorme. Esto se debe a que los posibles obstáculos a corto y medio plazo son bastante predecibles. El primero es el clima, siempre un factor incontrolable, y el segundo tiene que ver con los hábitos de compra y el gasto, más que con la práctica en sí. En otras palabras, las ventas seguirán siendo buenas, pero no todos se beneficiarán de igual manera. A pesar de esto, el camino por recorrer en el Outdoor es amplio y atractivo. Esto es especialmente cierto debido a la accesibilidad de esta modalidad, que abarca una amplia gama de actividades. Desde el alpinismo extremo hasta el simple paseo con el perro, todos estos practicantes representan el futuro de marcas y tiendas. Incluso aquellos que compran ropa, calzado y accesorios Outdoor sin intención de salir de la ciudad contribuyen, y mucho, a este crecimiento. La moda, muchas veces “odiada”, lleva años siendo un muy buen aliado para el outdoor. En este futuro, y especialmente en el presente donde el Outdoor ha consolidado su base, las modalidades de bajo impacto juegan un papel protagonista. Hoy en día, los practicantes de estas actividades son el target más importante para marcas y tiendas debido al volumen que representan. Gente que va poco a la montaña o que, aunque lo haga con cierta frecuencia, practica actividades menos exigentes que no requieren equipo técnico excesivo. Por no hablar de toda esa gente -que es mucha- que simplemente adoptan un look Outdoor para su vida diaria. Las marcas han reconocido rápidamente que el volumen está en este perfil de consumidor y han adaptado sus colecciones en consecuencia. Aunque no renuncian a sus líneas más técnicas, han entendido que no todos buscan hacer grandes excursiones. A pesar de que la tecnicidad sigue siendo un atractivo importante para estos productos, la mayoría de la gente no necesita una chaqueta de 700 euros con alta resistencia al agua ni unas botas de 200 euros diseñadas para terrenos técnicos. Es evidente que tanto marcas como tiendas deben continuar apostando por las gamas más técnicas, ya que son la esencia del sector. Sin embargo, es obvio que también deben prestar mucha atención a este perfil de consumidor más accesible.

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