36 FERIAS MÁS NOTICIAS DEL SECTOR EN: WWW.INTEREMPRESAS.NET • SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER OutDoor by ISPO, obligada a reinventarse Con alrededor de 600 expositores distribuidos en tres pabellones y más de 5.000 metros cuadrados de espacio al aire libre, OutDoor by ISPO cerró las puertas de su edición 2024 con poco más de 8.000 visitantes profesionales según las cifras oficiales. Más allá de las cifras oficiales, lo que resulta evidente viendo cómo se ha desarrollado esta edición y viendo, sobre todo, la ausencia de muchas grandes marcas, es que este encuentro necesita reinventarse. Y no porque su formato no sea el correcto ni porque ISPO no haga todo lo posible por construir un salón exitoso, pero es bastante obvio que, a día de hoy, la industria no está respondiendo como cabría esperar. Como lo hacía antes de la pandemia. Y eso, en un universo donde la práctica sigue disparada y cuyo potencial sigue intacto es, hasta cierto punto, extraño. Y confirma, otra vez, que por muy bien que vaya la práctica, si las ventas no siguen el mismo camino, se sufre. Y mucho. Y cualquier feria lo acaba pagando. No es fácil analizar qué ha pasado este año para que OutDoor by ISPO haya tenido tantas dificultades. El modelo, insistimos, no es el problema. Y el esfuerzo de ISPO por dar un envoltorio de servicios a una feria de producto ha sido, y sigue siendo, impecable. Pero aun así las cosas no han ido como se esperaba. Y no es el primer año. La ausencia de marcas de primera fila es un problema, evidentemente, por el efecto dominó que provoca en otras marcas y porque, al final, también es un hándicap para que muchos profesionales se acerquen a Munich. Tampoco la industria atraviesa su mejor momento, con las ventas retrocediendo en muchos paises, especialmente en los que siempre han sido los mercados clave en OutDoor by ISPO. Y eso, se nota, y mucho. Como también se han notado, al menos para algunos mercados del centro de Europa, los problemas que han generado las inundaciones en la zona. Al final, todo suma. Y esa suma explica, bastante bien, porque en apenas diez años una feria con todos los grandes actores del mundo del outdoor ha perdido tanta fuerza. Exponer en ISPO, como en cualquier otra feria, no es precisamente económico, y aunque durante años muchas empresas han tenido un muy buen retorno de su presencia en la feria, los cambios que ha experimentado el mercado -mucho antes de la pandemia, por cierto- han hecho que este retorno haya bajado considerablemente. Por mil razones, y todas ajenas a ISPO, por cierto. La ley del mercado. Por ejemplo, hay que tener en cuenta que la mayoría de las grandes marcas ya tienen cubiertos los mercados estratégicos, con lo que acudir a ISPO a buscar nuevos distribuidores -una de las razones de mayor peso para exponer en Munich- ya no tiene tanto sentido. Y menos teniendo en cuenta el coste que implica. Un coste que cada vez más marcas prefieren destinar a sus propias estrategias B2B y, sobre todo, B2C. Son cambios de estrategia tan evidente como inevitables…
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