A FONDO - PÁDEL | CAPITAL HUMANO 80 A nosotros, evidentemente, nos llegaron muchas propuestas, pero nos mantuvimos bastante cautos. No creíamos que un crecimiento exponencial fuera positivo ni real; de hecho, lo veíamos peligroso, por lo que seguimos con la misma estrategia que hasta el momento, buscando un crecimiento orgánico. Los tiempos de formación del personal se mantuvieron (es un trabajo artesanal y esos artesanos requieren de una alta cualificación para hacer bien su trabajo) y nos vimos en la obligación ética de rechazar a grandes marcas que jamás hubiéramos pensado que se fijarían en nosotros. No queríamos morir de éxito, como luego le pasó a muchos fabricantes y a muchas marcas. Gracias a esta estrategia el bajón de la postpandemia no nos ha afectado y seguimos con una producción muy controlada y consolidada, con una calidad de producto en continua evolución y siendo muy conscientes de que vendemos un producto integral, un servicio, y aunque esto se vuelva loco otra vez, tampoco caeremos en la tentación. No podemos perder la esencia que ha convertido nuestro producto en un producto Premium tan bien valorado. Hay una máxima que nos repiten muchos fabricantes de palas: “Una pala de pádel la puede hacer cualquiera, pero una buena pala, no”… ¿Cuál es el secreto para lograr que esa calidad sea el principal valor añadido? He estado involucrado en otros proyectos en la industria del composite y te puedo asegurar que no conozco algo tan complicado de hacer como una pala de pádel, porque un 99% del proceso es artesanal por las propias restricciones del producto: al llevar una goma no se puede curar a las temperaturas que requiere el producto, por lo que el proceso se hace más lento y con un mayor reproceso. En Asia no tienen en cuenta este hándicap y se focalizan en que quede una pala bonita y bien acabada, sin pensar en sus condiciones técnicas. ¿Resultado? Palas duras y con un índice de roturas y de caída de pintura altísimo. La calidad se logra con procesos muy cuidados y, sobre todo, apostando por materiales de primer nivel. Es imposible hacer una buena pala con materiales básicos. Si quieres calidad, prestaciones y rendimiento, sí o sí tienes que fabricar con los mejores materiales, aunque ello implique un mayor coste. Nosotros siempre utilizamos materiales fabricados en la UE. Uno de nuestros partners más importantes, por ejemplo, es un fabricante de carbono que trabaja para marcas de automoción como Pagani o Ferrari y que tiene unos controles de calidad muy elevados, mucho más de lo que la mayoría de fábricas de palas exige. Y por supuesto, además de la excelencia en los procesos y de apostar por materiales de calidad, está el “savoir faire”, la experiencia, que es algo primordial. Nosotros somos artesanos y sabemos muy bien lo que hacemos, pero el proceso de fabricación de una pala no deja de ser una artesanía introducida en una línea de producción. Y sí, es fácil hacer una pala, pero la complejidad reside en cómo convertir este proceso artesano en una línea productiva. Y este es nuestro gran valor añadido. “Nosotros somos artesanos y sabemos muy bien lo que hacemos, pero el proceso de fabricación de una pala no deja de ser una artesanía introducida en una línea de producción. Y sí, es fácil hacer una pala, pero la complejidad reside en cómo convertir este proceso artesano en una línea productiva. Y este es nuestro gran valor añadido”
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