TradeSport - TQ329

67 A FONDO - PÁDEL | Si en algo ha avanzado el pádel en esta última década es, sin duda, en su cohesión. Y en eso ha tenido mucho que ver la consolidación de una asociación fuerte, viva y dinámica que trabaja para que este deporte siga ganando fuerza. En apenas 4 años de recorrido, el CIP ya se ha convertido en el gran dinamizador de la industria. Con asignaturas pendientes, sí, pero con unos logros que justifican, de sobras, su puesta en marcha… y los apoyos que ha tenido desde entonces. CUMPLIENDO OBJETIVOS El CIP nació con dos objetivos claros: potenciar la internacionalización de este deporte -y ayudar a las empresas en esta expansión-; y defender los intereses de sus asociados, jugando un papel clave, también, en esta necesaria reestructuración del mercado interno de la que llevamos tiempo hablando. Desde su puesta en marcha el CIP no ha parado de sumar asociados y día de hoy ya cuenta con más de 120 socios que representan a más de 170 marcas, entre las que encontramos a todas las grandes líderes tanto de palas, calzado, textil y complementos como, también, los principales fabricantes de pistas y una larga lista de compañías especializadas en servicios. El pádel ha entendido que, para defenderse y expandirse, es fundamental estar unidos. Pero el gran mérito del CIP no ha sido sumar socios, que también. Su gran valor añadido es que a medida que ganaba base, ampliaba sus objetivos, sus servicios y sus proyectos. Ya no es una asociación que “defiende los intereses de sus miembros”. Es un organismo que propone, que ofrece, que se fija metas y las persigue. Que, en definitiva, busca fórmulas para que sus miembros puedan crecer y que, con ellos, crezca el pádel. Y como prueba, allí están la larga lista de servicios que ofrece a sus socios, el desarrollo de la norma UNE para pistas o la puesta en marcha del Padel World Summit. Entre otras muchas cosas. Queda, eso sí, poner un poco más de énfasis en el que fue uno de sus objetivos prioritarios cuando arrancó su andadura: ayudar a ordenar el mercado interno. Es una tarea complicada, y más ahora que la complejidad del mercado ha vuelto a poner a los descuentos como uno de los principales argumentos de venta, pero sí es algo que, más pronto que tarde, debería empezar a trabajarse. El buen rollo que hay entre las empresas no garantiza nada, pero es un aspecto importante para intentar que, en la medida de lo posible, se luche contra ciertas prácticas perfectamente legales, pero dudosamente leales. Prácticas que, al fin y al cabo, solucionan un problema individual generando otros colectivos. MANTENER LA FUERZA Más allá del bache puntual en el que está inmerso una parte del pádel por culpa del sobresstock de material, el presente del pádel es espectacular. Y su futuro todavía más. Porque se juega cada vez más… y en más sitios. Y evidentemente este potencial implicará muchos retos para el CIP. Porque cuanto más fuerte es un segmento, cuanto más potencial tiene, más importante es que ese paraguas que representa a la industria sea más sólido. Ahora más que nunca el CIP debe jugar un papel determinante en la necesaria reordenación del mercado interno y, sobre todo, en ayudar al segmento a afrontar con garantías y con solidez la fuerte internacionalización en la que estamos inmersos… y de la que queda tanto por hacer. El pádel tiene que dar, sí o sí, un paso al frente. Los retos mayúsculos a los que se enfrenta obligan a tomar medidas. A empezar a pensar más en el conjunto que en los intereses particulares. Y por eso el CIP tiene que jugar un papel clave. Todavía más. Y si, 100, 120 o Una de las claves para que un segmento progrese es, sin duda, el orden. El orden y, también, saber definir estrategias comunes que, sin que ello implique renunciar a la individualidad, sí que sirvan para alcanzar objetivos que puedan llegar a beneficiar a todos ese segmento

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