66 A FONDO - PÁDEL | La puesta en marcha de DATA PADEL, un proyecto del que ya hemos hablado en el artículo anterior, fue el primer paso para que el pádel empezará a unir fuerzas. La implicación de las marcas en su activación fue determinante, no solo para que, desde el primer momento, esta plataforma fuera un éxito sino, sobre todo, para demostrar que el mundo del pádel estaba dispuesto a sumar esfuerzos si el objetivo valía la pena.Los sumó con Data Padel y los sumó poco después con la puesta en marcha del Clúster Internacional del Pádel (CIP), al que se empezó a dar forma en esas primeras reuniones de Data Padel. En ellas, los principales representantes de las marcas del mundo del pádel, además de darse cuenta del potencial que tenía apoyar un proyecto transversal como DataPadel, se dieron cuenta también de lo importante que podría ser estar unidos bajo una única asociación, sólida y fuerte. Y así empezó a gestarse la que, hoy por hoy, es la asociación internacional más representativa de la industria del pádel, con una amplísima representación de los principales players de este universo. CUANDO EL SEGMENTO ENTIENDE QUE LA UNIÓN HACE LA FUERZA Una de las claves para que un segmento progrese es, sin duda, el orden. El orden y, también, saber definir estrategias comunes que, sin que ello implique renunciar a la indiviEl presente y el futuro del pádel confirman el rol protagonista del CIP dualidad, sí que sirvan para alcanzar objetivos que puedan llegar a beneficiar a todos ese segmento. Porque la madurez de un sector, o de un segmento, no se mide por su potencial de crecimiento. Ni siquiera por la solidez de su evolución. Se mide, sobre todo, por la capacidad de sus empresas para compartir y entender que, más allá de los intereses individuales, hay un interés común. Y que ese interés común siempre ofrece oportunidades. En el mundo del pádel hablar de orden resulta un poco complejo. Sobre todo, si pensamos en cómo ha estado tradicionalmente el mercado… y cómo está ahora después del frenazo de las ventas tras unos 2020, 2021 y 2022 de éxitos. Durante muchos años el pádel ha sido un segmento completamente desordenado e individualista, marcado por las deslealtades y donde lo único que importaba era coger sitio. Hubo algún que otro intento de sentarse y buscar soluciones a este desorden, pero nada. Con un ámbito de actuación, por aquel entonces, tan limitado -la internacionalización brillaba por su ausencia-, con una oferta completamente disparada y, porque negarlo, con ciertos egos frenando cualquier atisbo de unión, el segmento no estaba para compartir. Pero las cosas cambian. Y suelen cambiar cuando las empresas se dan cuenta de que, ante una gran oportunidad, es mejor que todos ganen algo a que unos pocos ganen mucho. Y que para crecer fuera, lo primero que hay que hacer es dimensionar, estructurar y ordenar bien el mercado interno. Y ha sido en este contexto donde las empresas han entendido que debían adaptar las estrategias a una nueva realidad en la que el pádel tiene que ser más sólido y profesionalizado. Y, sobre todo, tiene que estar mucho más unidos. Habrá batallas, sobre todo internas, que serán muy complejas de ganar, sobre todo cuando los vientos no soplan a favor, pero en el global, en lo que se puede lograr a medio y largo plazo, sobre todo en esa internacionalización que, todavía, está en sus inicios, ganan, de calle, las oportunidades. Por eso es tan importante que exista quien defienda esos intereses comunes. Quien marque un camino y unas reglas. Conscientes de las muchas oportunidades que se le antojaban a este deporte, que empezaba a hacerse muy fuerte en algunos mercados europeos, las grandes líderes del universo de las palas entendieron que hay caminos que es mejor hacerlos acompañados. La idea de juntarse para, primero, buscar soluciones al desorden interno fue una muy buena motivación, pero todavía lo fue más esa necesidad de tener un organismo capaz de defender sus intereses y de ayudarle en esa competitiva carrera para aprovechar el potencial de expansión.
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