TradeSport - TQ329

57 A FONDO - PÁDEL Con el boom postpandemia parecía que el pádel arrancaba una nueva época de crecimiento exponencial. Pero no fue así. Ese boom se sobredimensionó, probablemente por “culpa” de las oportunidades perdidas durante los meses siguientes al encierro y, al final, se ha acabado con demasiado producto en los almacenes no tenga, todavía, muchas cosas en las que mejorar. Y la más importante, probablemente, tenga que ver, precisamente, con una oferta que todavía es excesiva en lo que a número de marcas se refiere. Eso y la pésima gestión que se ha hecho en producción y programación después de la pandemia. De la depuración de la oferta, poco que decir. Se ha pulido un poco en los últimos 5 o 10 años, pero sigue siendo exageradísima. Han desaparecido muchas marcas… pero cada dos por tres aparecen otras nuevas. Y es así porque, como hemos dicho antes, es demasiado fácil lanzar una marca nueva al mercado. Fácil por asequible y fácil por opciones donde fabricar y dónde colocar esas colecciones. Y sí, es verdad que estas marcas, individualmente, apenas significan nada en el global del segmento, pero si las sumamos el porcentaje ya no es tan insignificante. Y más ahora que el mercado, a pesar de que los niveles de práctica siguen siendo muy buenos, ya no tiene capacidad para absorberlas. Ni siquiera con la estrategia de precios tan radical con la que intentan hacerse hueco en un momento en el que, insistimos, la demanda está a años luz de la oferta. Y eso nos lleva al segundo de los “problemas” que tiene hoy en día el pádel. Que la demanda ha caído en picado y la oferta se ha disparado. En cantidad de marcas, pero, sobre todo, en cantidad de producto. Y la explicación es muy simple y, en cierta medida, muy entendible: cuando el pádel empezó a despegar, oferta y demanda estuvieron bastante alineadas durante mucho tiempo, pero entonces llegó la pandemia. Y la demanda se disparó.... justo cuando la oferta entraba en barrena por el cierre de las fábricas en Asia. Mucha gente queriendo comprar, y muy poco producto disponible. Y claro, eso son oportunidades perdidas. La práctica tras el encierro experimento un nuevo repunte, muy fuerte, y sin embargo las ventas no pudieron seguir el ritmo porque no había producto. Porque no se podía fabricar y, sobre todo, porque nadie preveía ese nuevo boom. Y a pesar La sensación es que se ha dado un paso atrás en el buen trabajo que se había hecho durante años para reordenar el mercado y, sobre todo, para tener un mercado menos pervertido por los descuentos

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