55 A FONDO - PÁDEL Con el boom postpandemia parecía que el pádel arrancaba mucho más estructurado una nueva época de crecimiento exponencial. Pero no fue así. Ese boom se sobredimensionó, probablemente por “culpa” de las oportunidades perdidas durante los meses siguientes al encierro (donde no había producto) y, al final, se ha acabado con demasiado producto en los almacenes de marcas y tiendas. Y si a eso le sumamos una caída importante de la demanda (por varios motivos, pero, sobre todo, por un redireccionamiento del gasto) parece bastante lógico que el momento actual del pádel, o, al menos, de ese importante universo de las palas, no sea el mejor. Dicho esto, y teniendo en cuenta que este presente lo tienen más que asumido todos los grandes players de este universo, lo que es indiscutible a día de hoy es que el pádel sigue siendo uno de los deportes que mayor potencial tiene. Probablemente el que más. Su crecimiento en los últimos años ha sido espectacular, y el que se le supone a medio y largo plazo, todavía lo es más. Es cierto que se partía de muy abajo, porque apenas se jugaba en dos o tres países, pero aun así su crecimiento en los últimos 10 años ha sido brutal. Como brutal es el que se espera para la próxima década. Lo que pasó en España primero y luego en mercados como el sueco, el italiano va a terminar pasando, más pronto que tarde, en muchos otros mercados. Y sí, ahora nuestro mercado está bastante colapsado por el exceso de producto, pero una vez logremos redimensionar ese mercado, todo lo que viene solo puede ser bueno. Habrá quien saque mejor rédito que otros, como siempre, pero a nivel global, el futuro solo invita al optimismo. Antes de hablar de este bache que vive el pádel (un bache cuyas causas están perfectamente identificadas y que, como hemos dicho, es temporal) es importante que tengamos claro que pese a lo que podamos decir de estos últimos meses, pese a lo revuelto que pueda estar el mercado, la práctica sigue muy dinámica. Se vende menos, sí, pero se sigue jugando mucho… y cada vez se juega en más sitios. Incluso en España, donde podría haber tocado techo tras su crecimiento espectacular de los últimos 10 años, esta práctica sigue manteniendo una evolución muy buena… Más lenta, evidentemente, pero al alza. El problema es que esta progresión continua de la práctica no se ha dado en las ventas, y aunque era hasta cierto punto previsible que estas ventas se frenaran, lo que quizás era menos previsible es que hubiera ese desfase tan grande entre práctica y ventas. Un desfase que, siempre, es un síntoma inequívoco de que ha habido un fallo estratégico en la producción y en la programación.
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