166 A FONDO - GLISS así está el gliss. O, mejor dicho, esa parte del gliss que, en su día, y por culpa de una mala estrategia, no pudo aguantar las embestidas de la crisis. El textil y el calzado que podríamos vincular a este mundo han acabado recuperando un porcentaje considerable en el global e las ventas, y por su target y su historia, parece lógico que, aunque sea con algunos altibajos, más vinculados a la moda que a la economía, siga manteniendo, con el paso de los años, su atractivo. Eso sí, aunque es obvio que será la moda quien tendrá la llave para que el gliss siga teniendo protagonismo en el global del sector, la parte más técnica seguirá evolucionando completamente ajena a lo que diga o deje de decir la moda. Sin grandes repuntes, pero también sin batacazos. Y eso no deja de ser una gran noticia para las marcas especialistas y las tiendas que están apostando fuerte por estas modalidades. Que las hay. La madurez, al fin y al cabo, es un objetivo complejo de alcanzar cuando la moda se mete de por medio, pero aun así el gliss tiene que intentar buscar una estabilidad que no le haga depender en exceso de las tendencias. A su favor tiene el hecho de que el sector parece haber entendido que esa dependencia es un suicidio y, también, de que, a día de hoy, y parece que la cosa no va a cambiar, el deporte, como tal, esta muy vivo y su vertiente más técnica, más vinculada a la práctica, tiene un peso muy importante en las ventas. n El gran error que cometió el gliss en su despegue fue dejarse seducir por los cantos de sirena de la moda, porque esa estrecha relación que tejió con un mundo tan inestable, fue un lastre cuando la crisis se instaló en nuestra economía
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