TradeSport - TQ329

147 A FONDO - TENNIS pesar de que estas ventas han caído considerablemente -más de un 30% desde 2011-, la caída en practicantes no ha sido, ni mucho menos, tan fuerte. Evidentemente que se han perdido practicantes, pero también es importante tener en cuenta que, por el aumento del precio medio y de la funcionalidad de las raquetas, también se ha ampliado el tiempo de renovación dl material. La gente juega, pero seguramente cambia su raqueta con menos frecuencia, y eso influye mucho en las ventas, con años bastante malos pero, también, con otros de repunte. En cuanto a las marcas, y dejando de lado el omnipresente Decathlon, el mercado de las raquetas está controlado por, como mucho, unas 10 marcas, entre las que destacan Babolat, Head, Wilson, Dunlop o Prince. Es una categoría muy marcada por la especialización, con fuertes inversiones en I+D (señal inequívoca de la buena salud de un segmento) y sin presencia de las grandes multinacionales. En cuanto al calzado, es probable que sea la categoría que, dentro del tenis, ha experimentado un mejor comportamiento en los últimos años. Como también ha sucedido en el pádel. En apenas una década se ha disparado la cifra de unidades vendidas. Eso sí, a diferencia de las raquetas, Nike y adidas sí tienen un protagonismo importante. Ellos, marcas especialistas como Asics, K-Swiss, Lotto o Joma, y algunas marcas de material duro que han apostado por esta categoría en los últimos años –principalmente Babolat Wilson y Head-. En textil, entran en juego Decathlon –con todo lo que ello conlleva- y las grandes multinacionales, que sacan partido a sus inversiones en patrocinio y dominan aplastantemente el mercado. Aunque, como en otros deportes, el textil es una categoría muy compleja, el trabajo de marcas como Nike, adidas, Asics o la española Joma está dando sus frutos. AVANZAR AJENO AL RUIDO El pádel está de moda. Y todo apunta a que seguirá estándolo durante muchos años porque, lo que es innegable, es que su potencial es infinitamente más grande que el del tenis. Pero el tenis, a día de hoy, tiene algo que es determinante para su futuro: sabe muy bien, o mejor que hace 20 años, dónde están sus límites y hasta donde se puede y se debe estirar la cuerda. Y si los conoce es porque los ha “sufrido”, porque en su día cometió errores en esta medición y ha sabido aprender de ellos. Y ahora, las marcas, sabiendo perfectamente que su margen de crecimiento está limitado, pueden actuar acorde con esta visión. Lo que toca, ahora, es marcarse una meta realista e intentar avanzar hacia ella. Porque el tenis sigue teniendo un largo recorrido. Es una carrera de fondo, no un sprint. Hay margen pero el ritmo tiene que ser el que requiere el presente de este deporte. Un presente que disfruta de un mercado perfectamente ordenado. Todos los males que todavía sufre el pádel, ya no los tiene el tenis, seguramente porque la oferta (y la demanda) es muy inferior, y eso ayuda a que la estabilidad no implique deslealtades. Se sabe cómo es el mercado, se sabe hasta donde se puede llegar, y se trabaja acorde con estas limitaciones. Y con mucha “honestidad”. Y ese es un logro del que no pueden presumir muchos segmentos, entre ellos el pádel. En cuanto a las marcas, poco que decir. En un mercado cada vez más estable y maduro, con una cifra de practicantes que apenas varía, las cuotas no van a cambiar mucho, y menos en un deporte donde el jugador suele ser tan fiel a la marca. La tecnología, la innovación, será el gran valor añadido tanto para intentar que los jugadores cambien de marca como, sobre todo, para que quienes ya juegan con una marca, decidan renovar su material. Las marcas están haciendo un muy buen trabajo a nivel de innovación y el estatus que tiene este deporte en algunos de los grandes mercados mundiales -mercados donde, por cierto, al pádel le está costando mucho- es una garantía de que se va a seguir apostando muy fuerte por este desarrollo. Respecto a las tiendas, poco que decir. Lo más normal es que las cosas no cambien lo más mínimo en los próximos meses. El tenis seguirá teniendo una presencia importante en grandes cadenas (especialmente en Decathlon, quien, por cierto, controla más del 25% de las ventas en unidades), en algunas multideporte que, por ubicación o por tradición, seguirán dándole un espacio importante a este deporte, y las especialistas en deportes de raqueta, aunque ahora den la mayor parte de su espacio al pádel, mantendrán su cuota de tenis por imagen y, obviamente, porque es un segmento interesante en volúmenes. La llave del futuro del tenis la tienen marcas, tiendas y, sobre todo, los clubes. Son quienes han mantenido sólido a este universo y son quienes, tienen que seguir manteniendo viva esa cultura del tenis que desde hace muchas décadas ha ayudado a construir un segmento sólido, maduro y que, a pesar de hablarse menos de él, está muy vivo. n El tenis es un deporte que se sostiene por la base, por los jugadores de club, y aunque muchos de esos clubes hayan sacrificado pistas en beneficio del pádel, esa base sigue allí y, además, es muy difícil que se mueva

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