146 A FONDO - TENNIS El problema del tenis, si es que lo hubo, nunca fue de practicantes habituales, porque, como hemos dicho, este deporte siempre ha sido un deporte de club, de familia, de tradición. Quienes lo han jugado desde pequeños, y más si están en un club, es poco probable que dejen de hacerlo nunca. Quizás con menos regularidad, quizás combinándolo con el pádel, pero el tenis es un deporte cuya base es, desde hace muchos años, tremendamente fiel, y lo único a lo que se ha enfrentado estos últimos años es al ruido mediático que ha hecho el pádel. Y sí, evidentemente le ha afectado, evidentemente que ahora, con el pádel tan de moda, hay mucho menos gente que se plantea probar con el tenis pudiendo jugar a pádel, y puede que, incluso, las ventas hayan caído ligeramente -sobre todo entre un perfil muy definido-, pero eso ha servido para que el segmento, como le ha pasado a tantos otros, se haya resituado y redimensionado. Al final, por mucho que unos hablen de la muerte del tenis, la realidad es que el único problema que ha tenido el tenis en los últimos años fue esperar más de él de lo que se podía esperar. Y por suerte, ese error de cálculo se solucionó. Y ahora que el tenis sabe dónde está y a dónde puede llegar, las cosas son muy diferentes. Es un segmento maduro y sólido, con un comportamiento muy estable y que, poco a poco, va ganando adeptos. Y aunque pueda sorprender a más de uno, muchos de estos nuevos adeptos vienen del pádel… LA BASE, EL GRAN SECRETO DEL TENIS El tenis, lo hemos dicho en muchas ocasiones, es un deporte que se sostiene por la base, por los jugadores de club, y aunque muchos de esos clubes hayan sacrificado pistas en beneficio del pádel, esa base sigue allí y, además, es muy difícil que se mueva. Esta cultura de club, y poco más, es lo que ayuda a mantener vivo este deporte y lo que ayuda a que siga teniendo bastante tirón entre los más pequeños. Sin esa cultura de club el tenis sí que estaría muerto. Además, gracias a los constantes éxitos de los tenistas españoles ha ganado un peso mediático del que pocos deportes pueden presumir (y que el pádel todavía no tiene) y eso, siempre, es una ayuda para que los más pequeños se animen. Es cierto que es uno de los deportes con más desequilibrio entre espacio en los medios y practicantes, pero este poder mediático, aunque sea en cuentagotas, acaba traduciéndose en más práctica. Y en el peor de los casos, en estabilidad. La pérdida de practicantes no ha sido, ni mucho menos, tan dramática como muchos creían, pero siendo realistas, tampoco es fácil que este deporte logre grandes repuntes. Puede crecer, evidentemente, pero si lo hace será a un ritmo bastante lento. Eso es la madurez. Y afortunadamente, el tenis ya hace unos años que no solo vive a un ritmo muy estable, sino que lo hace completamente ajeno a lo que haga o deje de hacer el pádel. Una vez definido su margen de crecimiento objetivo, habiendo asumido que el perfil de jugador potencial de tenis y pádel tiene muy poco o nada que ver, el tenis ha entrado en una fase de absoluta estabilidad. Y lo más importante, y esa es seguramente su gran diferencia con el pádel, se ha conseguido ordenar el mercado. Un mercado donde no es precisamente fácil entrar -como sí lo es en el pádel- y donde las cosas se gestionan de una manera bastante más “legal” que en el pádel. Las cosas son mucho más fáciles, en todos los sentidos, cuando en vez de 200 marcas hay 10 o 12. El tenis es un deporte mucho más difícil que el pádel. O, mejor dicho, es más complicado alcanzar un nivel mínimo con el que empezar a disfrutar. El pádel, además de mucho más social, es más accesible y cualquiera, a cualquier edad, puede aprender lo básico y divertirse jugando en muy poco tiempo. El tenis no. Si uno no ha jugado de pequeño, difícilmente se animará a probarlo a según qué edades. No es un deporte fácil de aprender y son muy pocos los que se inician en este deporte cuando son adultos. Sobre todo, si hay una alternativa más accesible y asequible como el pádel. Por eso no se va a dar ningún boom de nuevos practicantes por mucho que, como hemos dicho, cada día haya más gente que, viniendo del pádel, se anima con el tenis. Pero tan poco probable es que se de ese boom como que pierda sus fieles. Y eso es mucho más importante de lo que pueda parecer. VENTAS ESTABLES Si miramos cómo ha sido la evolución de las ventas de raquetas en la última década las cifras nos pueden llevar a engaño, porque a Al tenis le sucede como a otros muchos segmentos que, habiendo alcanzado su madurez, han aprendido a vivir de otra forma. Disfrutando de esa madurez y, sobre todo, sabiendo muy bien cuáles son sus límites. Por debajo y, sobre todo, por arriba
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