TQ328 - TRADESPORT - ESPECIAL RUNNING

El running, como muchos otros deportes, siempre ha sabido aprovechar muy bien las crisis. Con una economía en retroceso y con el miedo marcando los hábitos de compra, la gente apuesta por el ahorro y el ocio se transforma por completo, dando mayor protagonismo al deporte por su accesibilidad y su asequibilidad 53 A FONDO - RUNNING su rutina. A estas alturas hay una base muy sólida de corredores que sigue creciendo año tras año y que, obviamente, asegura un buen volumen de ventas. La clave, ahora, es no volver a caer en la tentación y procurar -entre todos, pero sobre todo las marcas- que la oferta se ajuste más o menos a esa demanda. Y hay que hacerlo teniendo muy claro que el running, a corto y medio plazo (en esto del deporte hacer previsiones a largo es muy atrevido) seguirá siendo uno de los deportes más importantes y más dinámicos de nuestro sector. Al menos en la práctica. Otro tema, y esa es la gran clave del futuro, es quién aprovechara este este potencial. Quién, desde la vertiente comercial, podrá explotar mejor todo este margen de recorrido que tiene el running. Y la realidad del segmento, hoy por hoy, en plena crisis, es que la oferta sigue siendo bastante exagerada: hay tiendas especialistas (cada vez menos), el multideporte sigue apostando muy fuerte por esta modalidad, las marcas están apostando fuerte por sus tiendas propias y, por si fuera poco, el online, que tradicionalmente no había sido un competidor fuerte, se ha convertido en uno de los grandes vendedores de running en los últimos años. Sobre todo, los grandes operadores. ¿Por qué? Pues básicamente porque por su fuerza tienen una capacidad de negociación que ninguna pequeña o mediana tienda puede tener. Eso, y que pueden permitirse el lujo de tener una política de precios muy agresiva. LA MADUREZ COMO META El sector no ha destacado, nunca, por su capacidad para gestionar sus éxitos. Y ha tenido unos cuantos. Quizás por miedo o quizás por necesidad, siempre que algo ha destacado, en la bonanza o en las crisis, la solución del sector ha sido explotar lo cuanto más rápido mejor. Explotarlo y quemarlo. Y eso pasó con el running. Hace apenas 15 años el running era un deporte más. Un deporte al que muchos le daban la espalda. Había bastante gente que corría, pero no la suficiente como para que la especialización ganara terreno al multideporte. Pero de repente la crisis lo cambió todo. Correr estaba de moda. Y claro, el sector reaccionó. Bueno, para ser justos, reaccionaron las tiendas. Las marcas llevaban años trabajando muy bien esta categoría, tanto en marketing como, sobre todo, en I+D, y aunque evidentemente las grandes han cambiado sus estrategias con el auge de práctica, y han llegado a nuestro mercado muchas -muchísimas- nuevas marcas, ha sido la tienda la que más ha cambiado con el boom de este deporte. Después de los altibajos de los que hemos hablado antes el segmento, por suerte, ha entendido que el hecho de que cada vez haya más gente que corre –porque eso es obvio- no significa, ni mucho menos, que se necesite más oferta de tiendas. Ni especialistas ni multideporte semiespecializadas. Lo que el running necesita ahora, y sobre todo cuando pase del todo esta pesadilla del coronavirus, es mantener un ritmo estable. Y seguir sumando adeptos, aunque sea poco a poco. Desde un punto de vista puramente pragmático, más corredores significa más clientes potenciales. Y a nuestro favor juega la adicción que provoca este deporte, capaz de ir sumando corredores habituales. La duda, ahora, es saber si este target es capaz de sostener una industria que en la última década ha crecido exponencialmente sin preocuparse, demasiado, del futuro a medio y largo plazo. Porque, como hemos dicho tantas y tantas veces, el verdadero reto del running empezará cuando, sin la complicidad de la crisis actual, unos y otros tengan que ayudar a este deporte a seguir creciendo. El running, como el sector en general, ha ganado fuerza sin esforzarse demasiado, pero el día que todo esto acabe, el día que dejemos atrás las crisis económicas y las sanitarias, tocará trabajar para mantener el ritmo. Y ese día, a lo que debe aspirar el running, es a la estabilidad, a la madurez. Y no entendida como algo negativo. Al contrario. Una madurez que signifique regularidad, identidad propia, un volumen de practicantes y ventas sólido y con capacidad para crecer, aunque sea poco a poco. Una madurez en la que tiendas y marcas se sientan cómodas y con margen para crecer. Una madurez que, al fin y al cabo, ponga fin a esta montaña rusa en la que lleva viviendo el running las últimas dos décadas.

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