TQ327 - Tradesport

71 A FONDO - INVIERNO supusiera asumir que las dimensiones reales de este universo no eran lo que parecían. Pero una vez asumido, lo bueno es que uno sabe cuáles son sus límites. Y su margen de crecimiento. Y si además asumes que tu evolución va a depender de si hay nieve o no, ya tienes mucho ganado. Por eso, cuando el año arranca como ha arrancado este, con frío y nieve, el esquí despierta rápido y preparado. Porque dimensionarse ayuda a ser mucho más ágil. Y aunque no todo el mundo hubiera apostado hace un mes de que esta temporada las cosas irían bien, al final, si nieva, todo se reactiva. También las ventas, aunque empiecen tarde. Más vale tarde que nunca. Porque si en algo ha cambiado este universo en los últimos años, es en el cuándo. Antes las ventas se concentraban al arrancar la temporada, en pleno otoño, hubiera llegado el frío o no. Pero ahora las ventas se dilatan durante toda la temporada invernal, con fuertes repuntes cuando llegan el frio y la nieve. La gente no compra si no está segura de que va a poder subir a esquiar… Marcas y tiendas parecen haber aprendido la lección. Los primeros producen de una manera más racional y ajustada a la demanda y los segundos compran con mucha más cautela y asumen muchos menos riesgos. Y siempre mirando el tiempo para tomar decisiones. Y este año, que no arrancó muy bien por culpa de las temperaturas -para variar, muy altas- puede acabar arreglándose con el frío -y las nevadas- de estos primeros días de enero, que han dinamizado las ventas de textil invierno. Y aunque se haya ganado menos por los descuentos –rebajas y promociones-, muchas tiendas han podido sacarse de los almacenes parte de su stock. Y también el material duro ha tenido una muy buena salida. Los descuentos han sido importantes, en algunos casos incluso antes de rebajas. Ahora las condiciones de nieve son excelentes en casi todas las pistas de España y viendo los grosores que hay en algunas estaciones, es más que probable que, aunque vuelva el calor, se pueda mantener una buena dinámica hasta finales de invierno. Hay que aprovechar este año al máximo, rezar para que la temporada se alargue más allá de marzo y esperar a que los peores augurios sobre el cambio climático –los que dicen que el esquí tiene los días contados a medio o largo plazo- no se cumplan. Más allá del balance que pueda hacerse sobre la afluencia a las pistas, es evidente que el esquí sigue siendo un deporte demasiado estable en cuanto a practicantes y ventas. El crecimiento en practicantes es muy bajo y ni siquiera los esfuerzos de las marcas por desarrollar nuevas categorías están sirviendo para captar nuevos públicos. Sólo para que haya trasvases. Las razones, seguramente, son económicas. Es cierto que hace años que el esquí ha dejado atrás su imagen de deporte elitista, pero no nos engañemos, ir a esquiar Desde aquellos nefastos inviernos sin nieve de hace más de una década el esquí ha cambiado mucho. Y ha cambiado a mejor. ¿Por qué? Pues básicamente porque se ha dimensionado. Porque ha dejado atrás esa falsa grandilocuencia que durante muchos años definió este segmento y se ha adaptado a la realidad

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