47 A FONDO - PÁDEL demanda se disparó al mismo tiempo que la oferta caía drásticamente por el cierre de las fábricas en Asia. La gente quería comprar, pero ni marcas ni tiendas tenían producto. Y claro, cuando las fábricas volvieron a abrir, las marcas se pasaron de frenada en la producción. Y claro, con los almacenes de las marcas llenos a rebosar, y con las tiendas con mucho más producto del que puede vender, el precio cae en picado. Hasta extremos que van más allá de cualquier lógica de precios. Y en todo este contexto de sobreproducción y guerras de precio hay un aspecto a tener muy en cuenta por lo que puede suponer, no a corto plazo, si no a medio y a largo: ¿Por qué ha caído la demanda en un deporte en el que la práctica sigue creciendo? Pues muy simple, porque la gente prefiere gastarse el dinero en otras cosas. Y eso si que es un problema. Sobre todo, estando tan “mal acostumbrados” como en los últimos 4 o 5 años. EL MERCADO INTERNACIONAL, UNA VÍA DE ESCAPE Si la internacionalización ha sido una necesidad durante muchos años, ahora lo es más todavía. Tanto para los fabricantes de pistas -cuyas agendas están llenas y seguirán estándolo muchos años- como para los fabricantes de palas, que ante tanto revuelo en el gran mercado del pádel -el nuestro- tienen en los nuevos mercados una oportunidad perfecta para liquidar su stock y seguir creciendo. Además, es estos nuevos mercados -que cada vez son más- la oferta, al menos a corto y medio plazo, no es tan exagerada como la que hemos tenido durante muchos años en España. Y eso es una oportunidad para las marcas líderes. Las nacionales o las argentinas con larga tradición en este deporte van a tener que competir con las grandes multinacionales de la raqueta que han apostado por el pádel, es obvio, pero esa lucha será mucho más “legal” que si hay 100 o 120 marcas asomando la cabeza. Y con una guerra de precios tan férrea como la que hay ahora en España. Empezar de cero y hacerlo sin esa etiqueta de “segmento con descuentos” es algo que no se debe desaprovechar. EL RETO: RECUPERAR LA DEMANDA… Y LOS PRECIOS Después de unos años logrando crecimientos simplemente espectaculares, pocos pensaban que 2023 sería un año tan revuelto para el universo de las palas. Por suerte, si hay algo que es tan indiscutible como que el potencial de l pádel sigue siendo enorme, es que todo este asunto del sobrestock es un contratiempo pasajero, sobre todo si aprendemos la lección. Lo peor que puede pasar cuando tienes un problema es que no tengas identificados los motivos, y en este sentido, el pádel sabe muy bien qué ha pasado. Y por qué. Incluso puede que sepa de quién es la culpa. Identificar el problema no significa, sin embargo, que sea fácil solucionarlo. Sobre todo si hay aspectos que no dependen de uno mismo. En cuanto a los precios, es evidente que lo más deseable sería volver a subirlos en cuando la demanda se reactive un poco, pero eso es pura teoría, y la realidad es que todavía es pronto para saber qué consecuencias tendrá, en el consumidor, esta radicalización de los descuentos que se ha dado en la segunda mitad del 2023. Además, el stock sigue siendo muy alto, así que es más que probable que las cosas no recuperen cierta normalidad hasta bien avanzado el año. Las marcas, por suerte, siguen lanzando al mercado muchas novedades, pero con un poco más de cautela y poniendo especial dedicación en deshacerse de las colecciones de 2023 e, incluso, 2022. El gran reto no será, sin embargo, buscar fórmulas -las que sean- para subir los precios otra vez. El gran reto será dinamizar la demanda. Y eso, por desgracia, no depende solo de nosotros. Es más, probablemente no tengamos nada que hacer, porque se trata de ciclos, de hábitos de compra, y a día de hoy el pádel -y el deporte en general- ha perdido muchas posiciones el en ránking de prioridades. De gasto, insistimos, porque jugar, se juega. Y gastar también se gasta, pero en otras cosas. No es un tema de ahorro, porque la gente gasta, es un tema de preferencias. Y no parece que la cosa vaya a cambiar. ¿Soluciones? La menos radical es intentar aprovechar los crecimientos de demanda en otros mercados donde el pádel arranque o esté en crecimiento (a más mercados, más posibilidad de vender); y la solución más radical, si nos focalizamos en nuestro mercado, es resignarse y esperar a que otra crisis nos arrase y el deporte vuelva a ser una prioridad. Y como todos deseamos que esto no pase este 2024, habrá que intentar reordenar un poco el mercado interno, ir suavizando los descuentos a medida que el stock se vaya liquidando -y eso va a costar- y, sobre todo, habrá que apostar fuerte por los mercados que hoy en día gozan de mejor salud y, también, por otros mercados emergentes en los que, después de haber picado piedra estos dos últimos años, en 2024 puede darse un crecimiento explosivo como el de Suecia o Italia… n Por mucho bache que el pádel se haya encontrado este pasado 2023, la práctica, que al fin y al cabo es lo que mide la salud de un deporte, está en auge. Y no parece que vaya a dejar de estarlo en mucho tiempo. Cada vez se juega más, y en más sitios… ¿Por qué ha caído la demanda en un deporte en el que la práctica sigue creciendo? Pues muy simple, porque la gente prefiere gastarse el dinero en otras cosas. Y eso si que es un problema. Sobre todo, estando tan “mal acostumbrados” como en los últimos 4 o 5 años
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