45 A FONDO - PÁDEL El gran problema que ha tenido el pádel en este pasado 2023 es que demanda y oferta se han desequilibrado en exceso. La demanda ha caído en picado y la oferta se ha disparado. En cantidad de marcas, pero, sobre todo, en cantidad de producto se han frenado. Se juega tanto o más, pero se vende menos. Y este desfase, que ya de por si puede ser un problema todavía es más dramático si encima marcas y tiendas tienen sus almacenes a rebosar. Porque como decíamos no hace mucho, una cosa es tener mucho stock, pero mantener un cierto dinamismo en las ventas, y otra muy diferente es estar hasta arriba de producto y que este, además, no tenga salida. Sobre todo, porque cuando esto pasa los precios caen en picado. Que es lo que ha pasado. En sell out pero, también -y probablemente ese sea el gran problema- en sell in. 2023, en el global del universo pádel, ha sido un buen año, pero eso no impide que en el universo de las palas -que es el que implica a las tiendas del sector- se haya dado un pequeño paso atrás en esa necesaria batalla por reordenar el mercado y, sobre todo, para tener un mercado menos pervertido por los descuentos. Porque después de años de intenso trabajo, podríamos decir que el pádel había alcanzado una cierta madurez, no en el sentido de haber tocado techo, porque ni lo ha hecho ni lo hará hasta dentro de mucho tiempo, sino en el sentido de estar mejor dimensionado, estructurado y profesionalizado. El problema es que lo que se ha tardado tanto tiempo en construir, se olvida cuando la necesidad aprieta. Y del sentido común y las estrategias a medio y largo plazo, se pasa con demasiada facilidad al corto plazo, a la necesidad de liquidar las cosas lo más rápido posible. Nunca mejor dicho. Y eso nunca es bueno para el sector. Y sí, es obvio que las marcas -y las tiendas- tienen que jugar sus cartas para vaciar sus almacenes, pero el excesivo sacrificio que se ha hecho del margen solo ha servido para
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx