Más allá del fatídico 2020, el fútbol lleva años instaurado en la más absoluta estabilidad. Y santa estabilidad, porque con los volúmenes que mueve este deporte, especialmente en calzado, equipaciones y réplicas, esa madurez, ese comportamiento tan regular, garantiza un volumen de ventas espectacular cada año. 77 equipos esponsorizados. No del Top 5, porque eso está al alcance de quienes ya hemos dicho, pero si con apuestas estratégicas que le han ayudado a dar un salto cuantitativo y cualitativo en muchos mercados. Lotto, Munich o Mizuno también están en la lista de marcas que, en su medida, están haciendo muchos esfuerzos para arañar parte de la cuota de mercado que controlan las grandes. Todas estas marcas de segunda línea están haciendo un excelente trabajo para ayudar al segmento a evolucionar. La competencia, aunque sea tan compleja en un universo monopolizado por unas pocas marcas, siempre garantiza progreso. Sobre todo, si esta fuerte competencia exige volcarse en la innovación para diferenciarse y arañar cuota.Además, con un presupuesto a años luz del de las grandes multinacionales, estas marcas están haciendo un trabajo brutal y digno de estudio en estrategias de patrocinio y esponsorización. Algunas tienen a grandes jugadores o a equipos históricos en nómina y otras apuestan por estrategias más vinculadas al diseño o, simplemente, a la marca. Los resultados, para unas y otras, son bastante buenos, manteniendo una cuota bastante estable y logrando, en algunos casos –y en determinados periodos- crecimientos considerables. Y como mejor ejemplo, como decíamos antes, Joma, que sin hacer demasiado ruido ha disparado sus ventas y se ha convertido en una marca de referencia a nivel mundial con mayor presencia en las 20 ligas más importantes del mundo. FUTBOL SALA: EL HERMANO PEQUEÑO QUE COPIA AL MAYOR Las historias del fútbol y el fútbol sala son muy parecidas si las miramos con perspectiva. Evidentemente no mueven el mismo dinero -básicamente porque el fútbol sala apenas tiene apoyo mediático-, pero a nivel de práctica las cosas son bastante parecidas: hay una gran base y un volumen de ventas muy importante. La mitad que el fútbol, pero aun así muy importante, porque vender casi 800 mil pares es un logro importantísimo. Y poco importa si hay un porcentaje alto -o muy alto- de estos pares que se venden para ir por la calle. Al nal, son ventas. Para marcas y para tiendas. En cuanto a las ventas por marcas, la cosa cambia bastante respecto al fútbol. El dominio de Nike y adidas no es, ni mucho menos, tan aplastante, y su cuota conjunta no llega, ni en valor ni en unidades, al 50% ¿Por qué? Pues básicamente por el excelente trabajo que llevan años haciendo dos marcas nacionales: Munich (que le pisa los talones a Nike) y Joma. Tanto a nivel técnico como, también (o, sobre todo), a nivel de diseño, ambas marcas han conseguido poner en duda el dominio que tradicionalmente habían tenido Nike y adidas. Y lo han hecho con un producto muy técnico, pero, también, con una decidida apuesta por el diseño. Y el caso de Munich, en ese sentido, es muy paradigmático,pues la marca catalana ha logrado convertir alguno de sus modelos más míticos de fútbol sala en un verdadero icono de la moda urbana. La revolución Gresca marcó un antes y un después en este universo… Su futuro,como el del fútbol,es bastante previsible: las ventas se mantendrán estables.Y eso ya es mucho. Las marcas nacionales antes mencionadas y otras marcas internacionales como Mizuno, Lotto o Puma –por poner algunos ejemplos- seguirán poniendo en un aprieto a los dos grandes del fútbol. Y aunque sea jugando la baza de la moda, que vale lo mismo que lo técnico, es probable que no tardemos en ver un sorpaso… EQUIPACIONES Y RÉPLICAS: SECUNDARIOS DE LUJO El calzado es el motor del fútbol. Al menos entre los practicantes. Pero más allá de esta categoría, hay dos familias más con un peso importante en el segmento. Las equipaciones y las réplicas. Empecemos por las equipaciones. La cosa es muy simple: si hay muchos equipos y todos tienen que equiparse, lo lógico es que se vendan muchas equipaciones. Y así es. Teniendo en cuenta que en España puede haber, tranquilamente, más de 20.000 clubes, y que éstos, normalmente, tienen varios equipos, es obvio que el volumen que se puede generar con las equipaciones es brutal. Y como suele ocurrir, a mayor demanda, mayor oferta. Y a mayor oferta… más problemas. Y eso es lo que ha pasado. La oferta se ha multiplicado exponencialmente y, como era previsible, eso se ha traducido en una guerra de precios sin contemplaciones. Las cosas empezaron a cambiar hace apenas una década. Hasta entonces el mercado se lo repartían las marcas nacionales -con ventas muy de nidas por zonas- y alguna internacional especializada. Pero entonces llagaron a España varias marcas que empezaron a imponer unas nuevas reglas del juego apostando por la venta directa.Y el segmento de las equipaciones se dividió en dos maneras de trabajar: quienes trabajaban con la tienda como intermediarios y quienes trabajaban directamente con los clubes para ganar más margen.Y aunque con la crisis económica de 2008 fue la segunda opción la que más creció (los clubes apenas tenían dinero y cuanto más barato podían comprar mejor), con el tiempo ha quedado más que demostrado que el gran valor añadido del universo de las equipaciones no es el precio si no el servicio. El precio es importante, está claro,
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