En estos últimos meses el mundo del pádel anda bastante revuelto ante las di cultades que está atravesando el universo de las palas por los importantes excesos de stocks que sufren la gran mayoría de marcas y retailers. Excesos que tienen mucho que ver con una excesiva sobreproducción tras la pandemia y, también, con la importante sobremasi cación de marcas y la ralentización -lógica- de las ventas. La situación es compleja, por las implicaciones que todo ello conlleva, pero, sobre todo, es temporal. Es cierto que a corto y medio plazo ese sobrestock está provocando, de nuevo, importantes guerras de precio -y, seguramente, más acentuadas que nunca- pero también es cierto que, sabiendo la base de los motivos, es mucho más fácil corregirlos a medio plazo. Este bache, por suerte, tiene que ver muy poco con la práctica.Y todavía menos con la expansión internacional de este deporte. Porque si hay algo que a estas alturas es indiscutible es que el pádel no ha perdido ni un ápice de su enorme potencial. Ese potencial que le augurábamos hace una década pero que, lamentablemente, parecía congelado por las di cultades que tenía este universo de ganar mercados. Y ahora que lo ha hecho, ahora que lo sigue haciendo -y a pasos agigantados en algunos mercados-,esta sobresaturación productiva no puede ensombrecer lo más mínimo ese margen de crecimiento. A toro pasado es muy fácil identi car las causas. Incluso los culpables. Pero la realidad es que en su día se perdieron muchísimas oportunidades por falta de producto y es, hasta cierto punto comprensible, que con la demanda que había, las producciones una vez abrieron las fábricas, fueran tan optimistas. Las producciones y las programaciones. Porque el problema nunca ha sido de demanda potencial, porque como hemos dicho, jugadores hay cada vez más; el problema es la demanda real y,sobre todo,el cambio de preferencias en los hábitos de compra de los jugadores. La regla de tres es fácil: si se sigue jugando -y mucho- pero las ventas han caído, la culpa es, básicamente, de que se compra menos.Y aunque se haya bajado el ritmo de ventas el gran problema del segmento de las palas es la sobresaturación de marcas y producto. El resto del universo pádel sigue su crecimiento exponencial. Puede que incluso, si lo miramos con cierto positivismo, este importante bache que estamos atravesando sirva para sanear el mercado y alejar del segmento a nuevos oportunistas. Por dos razones. La primera, porque no es fácil gestionar los problemas que genera no poder dar salida a los stocks, sobre todo si se necesita ese dinero para producir la siguiente campaña, así que en el camino quizás se queden muchas de esas marcas que, queriendo aprovechar el boom del pádel, se han lanzado al mercado sin una buena base nanciera y sin un plan de negocio a medio o largo plazo.Y por el otro lado, resulta bastante evidente que quienes han hecho los deberes en cuanto a marca y expansión internacional tienen muchas más oportunidades para ir editorial Si a pesar de que se siga jugando -y mucho- las ventas caen, la culpa es, básicamente, de que se compra menos. Y es en este cambio de hábitos donde reside el gran problema del segmento de las palas. El resto del universo pádel sigue su crecimiento exponencial. La realidad del pádel es que cada vez se juega más y en más sitios. Y que por muchos baches que atravieses algunos de sus principales universos, la rueda no parará de girar. Y de generar oportunidades. Sin la más mínima duda Jaume Ferrer, Fundador jferrer@tradesport.com dando salida a ese stock y sanearse. Sin una buena red internacional de distribuidores,algo que no es ni fácil ni rápido,y que relativamente pocas empresas han podido construir, ese exceso de stock puede ser un lastre de nitivo para quienes esperabann una rentabilidad a corto. Palas aparte, hay una larguísima lista de motivos por los que estar más que convencidos de que el pádel está muy vivo. Seguimos siendo el deporte de moda, y aunque no tengamos el glamur mediático del tenis o del fútbol, sí somos el deporte amateur con más potencial. Y el más social y familiar. El llamado deporte de la felicidad… También rea rma el gran potencial del pádel ver las agendas de los instaladores llenas a corto, medio e, incluso, largo plazo.Y en cada vez más mercados.Y aunque es cierto que cada vez hay más competencia en este universo, y cada vez hay más holdings que, dada su rentabilidad, se suman al carro, por ahora la demanda está por encima de la oferta.Y hay trabajo para mucho tiempo.Y para muchas empresas. También es muy indicativo, por lo que implica profesionalmente y por lo que puede representar, la gran respuesta que está teniendo el Padel World Summit, el encuentro impulsado por el CIP que reunirá en Málaga, del 20 al 26 de mayo, a toda la industria Mundial de este deporte. La auténtica realidad del pádel es que cada vez se juega más y en más sitios. Y que por muchos baches que se atraviesen, la rueda no parará de girar.Y de generar oportunidades. Es el deporte del presente y del futuro. Sin ninguna duda. Si a pesar de que se siga jugando -y mucho- las ven 5
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx