Pese a un presente complejo, el pádel es uno de los deportes que mayor potencial tiene. Su crecimiento en los últimos años ha sido espectacular y el que se le supone a medio y largo plazo, todavía lo es más. Lo primero que hay que dejar claro cuando hablamos de pádel es que es uno de los deportes que mayor potencial tiene a día de hoy. Probablemente el que más. Su crecimiento en los últimos años ha sido espectacular y el que se le supone a medio y largo plazo, todavía lo es más. Se partía de tan abajo -apenas se jugaba en dos o tres países- que el boom que ha experimentado en un mercado como el nuestro es más que previsible que se vaya replicando en otros mercados, como ya ha pasado en Suecia, Italia, Francia u otros muchos países.Y los que quedan.Dicho esto,es obvio que en nuestro mercado el pádel no atraviesa su mejor momento. Y no es peor, precisamente, porque la internacionalización permite suavizar un poco las cosas. Antes de hablar de este bache que vive el pádel (un bache cuyas causas están perfectamente identi cadas y que, a priori, es temporal) es importante que tengamos claro que pese a lo que podamos decir de estos últimos meses, se sigue jugando mucho… y cada vez se juega en más sitios. Incluso en España, donde parecía haber tocado techo tras un crecimiento espectacular, la práctica sigue manteniendo una dinámica muy buena… El problema es que esta progresión continua de la práctica no se ha dado en las ventas, y aunque era hasta cierto punto previsible que estas ventas se frenaran -un ritmo tan alto era insostenible en el tiempo-, lo que era menos imaginable es que hubiera ese desfase tan grande entre práctica y ventas. Este desfase entre práctica y ventas -que no es el motivo principal del frenazo que ha pegado el pádel a nivel comercial, pero si que es una de las causas- siempre es un grave problema para el sector porque es un síntoma inequívoco de que ha habido un fallo estratégico muy importante en la producción y en la programación. El problema es que ni siquiera eso justi ca el importante frenazo de las ventas, porque una cosa es tener mucho stock pero mantener un cierto dinamismo en las ventas, y otra muy diferente es estar hasta arriba de producto y que este, además, no tenga salida. Sobre todo porque cuando esto pasa, el mercado se pervierte hasta niveles muy peligrosos.Y eso es lo que está pasando en el pádel, donde los precios de ahora están a años luz de los que había cuando la demanda era tan alta. Es la ley del mercado, sí, pero eso no signi ca que el sector no deba defender su valor. Habíamos conseguido que el precio no fuera el reclamo, pero lo vuelve a ser.Y a veces ni con eso sirve. La sensación, a punto de acabar el año, es que se ha dado un paso atrás en el buen trabajo que se ha hecho durante años para reordenar el mercado y, sobre todo, para tener un mercado menos pervertido por los descuentos. La necesidad, obviamente, ha obligado a muchas marcas y tiendas a cambiar de estrategia y volver a poner al factor precio como gran reclamo, aunque sólo sea de forma puntual, pero eso no justi ca el abuso que se ha hecho, por parte de algunos, en el tema de los precios. Se entiende, en cierta manera, que las marcas tengan que vaciar sus almacenes si quieren tener cash para volver a fabricar, o que las tiendas no pueden comprar producto nuevo si no venden el que ya tienen, pero el excesivo sacri - cio que se ha hecho del margen solo ha servido para volver a un pasado que no era precisamente bene cioso para este universo.Y con la diferencia, encima, de que ahora el consumidor nal ya no se cree según qué precios. Bajar siempre es fácil, pero subir cuesta mucho trabajo. a fondo 24 ESPECIAL PÁDEL Un nuevo reto Desde hace años hemos insistido mucho en que las dos grandes asignaturas del pádel eran, por un lado, la necesidad de que el mercado se reordenara y, por el otro, la internacionalización. En los últimos años se ha avanzando mucho en ambos sentidos, especialmente en el segundo, y con el boom postpandemia parecía que el pádel arrancaba mucho más estructurado una nueva época de crecimiento exponencial. Pero no ha sido así. No al menos en cuanto a las ventas. Demasiado producto en los almacenes de marcas y tiendas y una caída importante de la demanda han frenado en seco el potencial de este deporte a corto plazo. A medio y largo, por suerte, este potencial sigue siendo infinito…
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