Lo que el running necesita ahora no es acelerones, es mantener un ritmo de crucero.Y seguir sumando adeptos. Desde un punto de vista puramente pragmático, más corredores significa más clientes potenciales. Y a nuestro favor juega la adicción que provoca este deporte, capaz de ir sumando corredores habituales. Pero tampoco podemos depender siempre de las crisis. El verdadero reto del running empezará cuando, sin la complicidad de estas épocas complejas, unos y otros tengan que remar juntos para seguir creciendo. El running, como el sector en general, ha ganado fuerza sin esforzarse demasiado, pero el día que todo esto acabe, el día que dejemos atrás las crisis económicas y las sanitarias, tocará trabajar para mantener el ritmo. A nuestro favor tenemos que, desde hace tiempo, lo que fue una moda se ha convertido en un segmento sólido, con una fuerte identidad y maduro. Eso y que, por fin, parece que hay una cultura del bienestar que se está definiendo y donde el deporte tiene un protagonismo importante. Al final, de lo que se trata, es de construir y consolidar el segmento.Mantener sus grandes volúmenes de ventas, ganar estabilidad y alcanzar un estado en el que quizás no se gane mucho en muy poco tiempo, pero en el que tampoco haya riesgos de sufrir un batacazo. Como hemos dicho en varias ocasiones, encontrar esa madurez que garantice una evolución progresiva, aunque sea sin grandes repuntes, no es algo negativo. Lo negativo sería estar dependiendo de por vida de las crisis para lograr esos crecimientos puntuales. Incluso en un contexto tan complejo como el que vivimos, el running ha demostrado que el presente y el futuro pasa por la innovación. La rueda, en este sentido, no ha parado, ni siquiera en los meses más duros. Con la fuerte competencia que ya de por sí hay en este segmento y, sobre todo, con la necesidad de diferenciarse justo en esos momentos en los que la práctica repunta, las marcas se han agarrado a la innovación como principal argumento de venta. El aumento de competidores y el entorno se han convertido en el gran estímulo de las marcas, que han entendido perfectamente que el corredor, especialmente el habitual, es muy exigente y no se deja seducir, necesariamente, por la marca ni por el precio. Busca valor, prestaciones, rendimiento.Y ahora que la salud está en primera línea, más todavía. Ante este panorama,parece lógico que en el boom del running y, especialmente, en su evolución en el comercio, haya tenido mucho que ver el trabajo llevado a cabo por las grandes de este universo, tanto las especialistas, como Asics, Saucony, New Balance, Brooks, Hoka o Mizuno, como adidas y Nike.También ha sido especialmente destacable el trabajo llevado a cabo por marcas nacionales que están consiguiendo asentar su cuota en un mercado tan competitivo y con marcas con un poder de inversión infinitamente superior. Y tampoco podemos dejar de lado una importante lista de marcas que, con conceptos innovadores, y apoyándose siempre en la tecnología, se están ganando un hueco poco a poco en este complejo y saturado mundo. Estas marcas, superespecializadas en muchos casos, están ayudando a consolidar nuevas categorías que, a estas alturas, ya tienen identidad propia y una fuerte competencia. Si hace poco más de una década el running se limitaba, casi, al calzado (con algunas líneas de textil, casi siempre de las marcas de zapatillas), la oferta existente hoy en día la componen una lista interminable de productos específicos para este deporte, muchos de ellos con una oferta repleta de marcas superespecializadas, especialmente en complementos. Y siempre posicionándose de la mano de la innovación. GESTIONAR EL ÉXITO Lo hemos dicho y no nos cansaremos de repetirlo: el futuro del running depende de la capacidad que tengan marcas, tiendas y el sector en general, de entender el presente de este deporte y no darle mayor potencial del que realmente tiene. Por mucho que haya crecido y por mucho que sigue creciendo.Porque el running tiene,todavía,bastante margen de recorrido, pero lo importante, repetimos, no es llegar cuanto antes, es llegar. Tenemos que encontrar ese equilibrio donde la madurez de un segmento no sea sinónimo de que esté quemado o de que no tenga posibilidades de crecer. El running ha crecido lo suficiente como para mantenerse fuerte y estable. Puede y debe seguir el ejemplo del fútbol y convertirse en un deporte “previsible” con un volumen de ventas muy importantes y que se mantienen sin excesivos problemas año tras año. Sobre todo si la práctica sigue al alza… que lo hará a corto y medio plazo. a fondo 82 ESPECIAL RUNNING
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