Con la internacionalización ganando terreno a pasos agigantados, el pádel tiene dos grandes retos a corto plazo: dimensionar mejor el mercado y seguir puliendo la oferta. superado, en parte, esas dos grandes asignaturas pendientes, ha sido determinante para que el pádel sea, con permiso del Bike, el deporte que más terreno ha ganado en los últimos años. Antes y después de la pandemia. Porque sí, desde la pandemia el pádel ha crecido, pero ya antes de la llegada del COVID su evolución en nuestro país era muy buena.Y lo era, en gran parte, por el gran trabajo que durante años han hecho las grandes marcas de este universo. Picar piedra.Y mucha. Ahora, con la práctica disparada, con el pádel ganando mucho terreno en el mundo entero, con los conflictos entre jugadores y organizadores solucionados, con un único circuito mundial ya definido…¿a qué retos se enfrenta el pádel? Pues a nivel global podríamos decir que el gran reto es seguir ganando mercados, pero si nos centramos en nuestro propio mercado, y a pesar de que, repetimos, el potencial del pádel sigue siendo muy bueno, estamos en un momento complejo en el que si las cosas no se gestionan bien, se puede perder parte de lo ganado en los últimos años. No en práctica, porque ésta a niveles muy buenos y mejorando cada día, sino, sobre todo, en lo que respecta a la ordenación del mercado. ¿Por qué? Pues porque como hemos dicho las marcas y las tiendas vuelven a tener demasiado stock y vuelven a reventar precios. Hace algunos años, cuando el pádel empezó a despuntar, aparecieron de la nada decenas de marcas que empezaron a competir de forma no muy leal con las relativamente pocas enseñas especialistas que llevaban apostando por el pádel desde su aterrizaje en nuestro país en los años 60. El mercado se pervirtió completamente y en muy poco tiempo operaban más de 200 mercas. Muchas con ventas irrelevantes pero que, sumadas, eran suficientes como para contaminar el mercado. La demanda era buena, pero la oferta estaba infinitamente muy por encima. Y eso suele conllevar muchos problemas, sobre todo prácticas poco éticas, por decirlo suavemente, y descuentos completamente contraproducentes para el segmento. Las cosas, poco a poco, cambiaron. La oferta se redujo en número de marcas y la demanda se disparó. Y sigue disparada,seguramente,pero eso no quiere decir que el potencial sea infinito.Y siendo justos, no podemos obviar que las marcas han cometido un error de cálculo. Por culpa de la pandemia. Cuando terminó el encierro la demanda se disparó y la oferta no pudo cubrirla. Tiendas y marcas se quedaron sin stock y, por si fuera poco, el cierre de fábricas en Asia dificultó mucho, y durante mucho tiempo, que ese stock se pudiera reponer. Y eso, con el pádel ganando terreno como lo estaba ganando en 2020 y 2021, era un problema, porque se perdían muchas oportunidades. ¿Y qué pasó cuando la producción volvió a activarse? Pues que marcas y tiendas quisieron curarse en salud. Sobreproduciendo y sobreprogramando. Y ahora, pese a que el pádel sigue muy fuerte a nivel de práctica, unos y otros, tiendas y marcas, tienen los almacenes llenos. Demasiado. Y pasa lo que pasa. Septiembre y octubre pueden ser dos buenos meses para ver si las cosas cambian. Y se normalizan. Si la demanda se reactiva con la vuelta a la actividad postverano y si marcas y tiendas, con un poco más de margen después de un primer semestre complejo, pueden volver a recuperar un poco los márgenes -ya de por sí bajos- de hace un año… Más allá de este problema puntual -y cíclico- al que se enfrenta el pádel en nuestro mercado -y que para algunas marcas y tiendas puede tener fácil solución canalizando todo ese stock a mercados emergentes (donde, por cierto, cada vez hay más marcas autóctonas) el pádel tiene un futuro muy esperanzador. Y si es así es porque, después de unos años de excesivo oportunismo, el pádel ha ido encontrado su madurez. Y eso no significa, ni mucho menos, que haya tocado techo. Significa que es un mercado más dimensionado, estructurado y profesionalizado. Y mejor preparado, en principio, para gestionar ese potencial que tiene.Y si, sigue habiendo venta de maletero, sobrestock en los almacenes, sobreoferta de tiendas e, incluso, exceso de clubes, pero, aun así, el pádel, hoy por hoy, es un mercado infinitamente más sólido y fuerte que hace apenas 5 años. Sobre todo porque se han abierto las puertas de la expansión internacional. 19 El reto, eso sí, sigue siendo el mismo que hace 5 años. Y 10. Seguir “puliendo” la oferta. Sí, ésta se ha ido reduciendo considerablemente, pero sigue siendo excesiva y, sobre todo, sigue siendo muy fácil lanzar una marca nueva al mercado… y colocarla en algún sitio, sobre todo si el precio y el margen son buenos. Que a día de hoy haya en el mercado alrededor de 100 marcas de palas es un problema. Mucho menos grave que cuando había 200, es cierto, pero sigue siendo un problema. ¿Por qué? Pues básicamente porque son estas marcas las que mantienen tan viva la guerra de precios. Una guerra que, desde hace muchos años, es el gran punto negro del pádel, un segmento que es, con diferencia, el que tiene mayor índice de promociones del sector. La gran suerte del pádel es, desde hace muchos años, el empeño que ponen las grandes lideres del sector para seguir avanzando. Innovando en producto, invirtiendo en marketing, mejorando -y acercando- la producción para ganar calidad y servicio… Si no fuera por este empeño, si no fuera por cómo han mantenido su fe estas grandes marcas, el pádel no hubiera llegado, ni por asomo, donde ha llegado.
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