Aunque a nivel global la dinámica del universo outdoor sea buena, otro tema, como siempre, es quien le saca más provecho, porque pese a este repunte de practicantes y ventas, la situación de un determinado perfil de comercio sigue siendo bastante compleja. Y por una vez no hablamos de los multideporte... 39 UN SEGMENTO EN PLENA ASCENSIÓN… QUE BAJA METROS Si hay algo que nadie debe dudar a estas alturas es que el Outdoor sigue siendo uno de los universos con mayor margen de crecimiento del sector.Y lo sigue siendo, básicamente, por una razón: por el enorme peso que tiene, y seguirá teniendo, todo lo que tenga que ver con la naturaleza y el bienestar. Dicho esto,el hecho de que tenga potencial no significa que no tenga “problemas”.Y probablemente el más complejo tenga que ver, como hemos dicho antes, con los importantes cambios que se han dado en estos últimos años respecto al quién, cómo y dónde se vende. Porque vender, se vende, y mucho. Gente que haga deportes outdoor la hay y la seguirá habiendo. E irá creciendo. El gran abanico de modalidades que se engloban bajo su paraguas convierte al outdoor en un universo en el que cualquiera puede entrar. Unos, más expertos y exigentes, pueden irse a subir cumbres de 4.000 para arriba; otros se conforman con un buen treking ligero; algunos –cada vez más- simplemente quieren correr por la montaña; y también hay quien, un sábado o un domingo por la mañana, se van a recoger setas o a pasear al perro.Todos ellos, desde el alpinista extremo hasta el que pasea por caminos llanos sin ninguna dificultad técnica, son el futuro de marcas y tiendas. Porque si la práctica crece, es obvio que también crecerá, aunque sea a un ritmo distinto, la venta. En unas modalidades más que en otras, pero crecerá. Y es en este futuro tan previsiblemente bueno donde el outdoor tiene que seguir consolidando el que, sin duda, ha sido uno de sus pasos más importante en las últimas décadas: el bajar metros y dejar atrás esa obsesión por ser más papista que el papa con lo técnico. Porque el futuro del outoor, como ya lo es el presente, pasa por reforzar el protagonismo de la base de la pirámide. Más allá de lo estrictamente “técnico”, no hay que olvidarse, por muy puristas que seamos, que hoy por hoy, y seguramente durante mucho tiempo, el target más importante para marcas y tiendas, por el volumen que representan, es esa gente que va a la montaña, la que va con cierta asiduidad, pero hace modalidades poco exigentes o aquella que, simplemente, busca un look outdoor para su día a día. Las marcas hace tiempo que lo descubrieron y que adaptaron sus colecciones a esta realidad. Sin renunciar a sus líneas más técnicas, entendieron que no todo el mundo quiere hacer grandes excursiones, y aunque la tecnicidad sigue siendo uno de los grandes reclamos de este tipo de prendas, para hacer un poco de deporte y disfrutar de la naturaleza –lo que quiere la mayoría de gente- no es necesario tener una chaqueta de 700 euros con una columna de agua de 20.000, ni unas botas de 250 euros que han sido diseñadas para terrenos alpinos muy técnicos.Evidentemente marcas y tiendas tienen que seguir apostando fuerte por las gamas más técnicas –es su esencia y la esencia del sector- pero es obvio que unos y otros, incluso los más especialistas, tienen que cuidar mucho a este perfil más bajo (bajo por el uso que hace del material, no por su poder adquisitivo) porque es el que da el volumen necesario para sobrevi-
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