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84 TERNUA: la importancia de vestir responsablemente Desde sus inicios en 1994, los creadores de TERNUA cuyo símbolo es la cola de una ballena, se inspiraron en el espíritu aventurero, de superación y respetuoso de los balleneros vascos que iban a Terranova (Ternua en euskera) para crear una marca técnica de montaña que protegiera a las personas y a la naturaleza al mismo tiempo. De hecho, ya en su primera colección incorporaron polares realizados con botellas de plástico reciclados. Hoy, todas sus prendas están elaboradas de forma respetuosa con el medio ambiente demostrando que la tecnicidad y la sostenibilidad pueden ir de la mano. Una forma de hacer, de diseñar y de producir que forma parte de sus valores de marca, donde prima el cómo más que el qué. Todas las personas que forman parte de la marca reman en una misma dirección, capitaneadas por el director de Innovación y Sostenibilidad de Ternua, Edu Uribesalgo, quien declara: “La naturaleza es tanto nuestro patio de recreo como nuestra inspiración. Como empresa reconocemos que tenemos la responsabilidad de preservarla para nosotros y las generaciones futuras. En este sentido, la sostenibilidad no es una palabra de moda ni una táctica de marketing para nosotros, sino una parte integral de todo lo que hacemos. Creemos que nuestra relación con la naturaleza es mutuamente enriquecedora. Al preservar la naturaleza, también estamos preservando una parte de nosotros mismos.” La marca lleva años dando pasos en materia de innovación sostenible a lo largo de su historia y de forma precursora, posicionándose entre las marcas de outdoor más responsables a nivel nacional e internacional. En 1994 comenzó a utilizar poliéster reciclado, en 2006 ya todo el algodón de sus prendas era orgánico, en 2009 comenzó la eliminación de los PFOA-PFOS de sus tratamientos de repelencia al agua, un proceso que culminó en 2018, convirtiéndose en la primera marca europea de montaña en conseguirlo. En 2013 hizo historia al ser la única firma de outdoor a nivel nacional y de las primeras a nivel internacional en utilizar pluma reciclada. Además, en 2015 comenzó a impulsar proyectos singulares, iniciativas de economía circular con impacto positivo local y medioambiental, aprovechando recursos en desuso y transformándolos en prendas para la montaña. Dentro de esa serie de proyectos singulares se encuentran Redcycle (reutilización de redes de pesca recogidas en el cantábrico con las que se han hecho miles de prendas técnicas), Colorcycle (reciclado de residuos agrícolas en desuso para la generación de tinte natural cuyo inicio fueron las cáscaras de nueces recogidas en las sidrerías guipuzcoanas y que hoy son también huesos de aceitunas y cáscaras de castañas), Seacycle (recogida de basura plástica de la costa vasca que se ha transformado en camisetas diversas), Latxa artile (reconversión de residuo de lana de oveja latxa como relleno para prendas de abrigo) o Wearcycle (transformación de sábanas descartadas de hoteles de Guipúzcoa con las que se ha generado nuevo tejido para camisetas y chaquetas). outdoor

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