Las ventas, siempre, tienen ciclos, y a veces hasta nos puede sorprender que con la práctica al alza las ventas no evolucionen de la misma manera. Es la ley del mercado, muchas veces condicionada por otros factores que tienen poco que ver con si hay más o menos practicantes. La realidad, pese a los altibajos que pueda tener el sector, pese a los cierres de tiendas (que los hay) y pese a las dificultades que atraviesan algunas tiendas, es que el Outdoor es, todavía, uno de los universos con mayor margen de crecimiento del sector. Con crisis, con el tiempo en contra y con todos los baches que pueda encontrarse, sigue teniendo un potencial enorme. Y más, aun, después de la pandemia. ¿Por qué? Pues sobre todo por su accesibilidad y por su lógica conexión con la naturaleza, dos aspectos que han ganado mucho peso después del encierro. No es, ni nunca ha sido -y menos ahora- un problema de práctica. El gran abanico de modalidades que se engloba bajo su paraguas le convierte en un universo en el que cualquiera puede entrar. Unos,más expertos y exigentes, pueden irse a subir cumbres de 4.000 par arriba; otros se conforman con un buen treking ligero; algunos –cada vez más- simplemente quieren correr por la montaña; y también hay quien, un domingo por la mañana, se va a recoger setas o a pasear al perro. Todos ellos, desde el alpinista extremo hasta el que pasea por caminos llanos sin ninguna dificultad técnica, son el futuro de marcas y tiendas. Y el target es tan grande que siempre habrá a quien venderle. Otro tema es quién, cómo, dónde y a quién se vende. Pero ese ya es un problema de las marcas, no de la salud del segmento. La tendencia es que la pirámide se ensanche por la base, como ha pasado en estos últimos años. A corto y medio plazo el volumen, en practicantes, lo seguirán ganando las llamadas modalidades de bajo impacto (trekings ligeros, senderismo, walking). Son las que cuentan con más practicantes habituales y las que tienen más números para ganar adeptos. Poco a poco, algunos, van subiendo metros y se atreven con modalidades más exigentes, pero en volumen, también de ventas, el foco está en los primeros metros de la ascensión. O en el llano. Y en el travel, uno de los grandes salvavidas del Outdoor en los últimos años… y una de las grandes esperanzas a corto plazo. PRÁCTICA Y ESTÉTICA: UN COCKTAIL PERFECTO Lo hemos dicho antes. La mayoría de modalidades han ganado practicantes en los últimos años y eso, obviamente, ha tenido una incidencia directa en las ventas.A veces más, a veces menos, pero en cualquier caso es innegable que tras la pandemia el outdoor ha dado un salto cuantitativo espectacular. Y ha crecido, y mucho, en ventas. Otro tema es quién ha liderado este repunte de las ventas. En cualquier caso, no ha sido la práctica lo único que ha ayudado al Outdoor a esquivar con cierta pericia los baches que se ha ido encontrando en la última década este segmento.También la moda ha tenido mucho ver. Sí, sí, la moda. La “maldita” moda. La estética Outdoor convertido en tendenDespués del fuerte repunte de la pandemia, el Outdoor está resituándose. Aprovechando el momento, todavía bueno y con muy buenas perspectivas. Y no es inercia, es progresión. Y aunque es cierto que a corto plazo no se prevé que pueda haber un boom destacable como el que se dio en los meses postpandemia, tampoco hay ningún indicio de que las cosas vayan a empeorar mucho. Al menos en cuanto a la práctica, que siempre es un buen termómetro. OUTDOOR Ascensión tranquila a fondo 50
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