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129 muchos. Muchísimos. Y más todavía después del encierro de marzo de 2020. No hubo un boom exagerado como el del bike, ni mucho menos, pero las ventas -y los practicantes- si se dispararon en cuanto nos dejaron salir a la calle. El problema del roller es que no existe una“cultura roller”, como sí la hay en el mundo del surf y el skate. Y eso que hay marcas que hacen un excelente trabajo en este segmento, alguna de ellas españolas, como KRF. Tampoco hay una industria textil específica ni grandes marcas especializadas en este deporte que hayan conseguido traspasar la frontera de lo estrictamente técnico. Para la mayoría de la gente es un deporte de ocio, muy familiar y sin ningún afán competitivo. El volumen de ventas es espectacular, y aunque hay algunas tiendas especializadas, el pastel está controlado básicamente por grandes cadenas, lo que confirma el carácter más bien lúdico de una modalidad que, año tras año, sigue ganando adeptos. De los patinetes poco que decir. Tuvieron un momento muy dulce hace una década pero la fiebre por los patinetes eléctricos cambió considerablemente las cosas. Siguen teniendo mucho tirón entre los más pequeños, con un volumen muy atractivo para las tiendas -la demanda es muy buena y muy estable- pero más allá de este target las ventas han caído considerablemente. Hubo una época, no hace mucho, que muchos adultos empezaron a apostar por ellos para sus desplazamientos urbanos, pero con la llegada de los modelos eléctricos -que, obviamente, no englobamos dentro del sector ni dentro del universo gliss- las cosas cambiaron radicalmente. CONDICIONES FAVORABLES El gliss, como segmento, vive relativamente tranquilo. Y si nada cambia, si no hay crisis inesperadas, seguirá así a corto y medio plazo. Las ventas ya han recuperado una tendencia positiva y hoy por hoy la única duda es saber si, cuando las cosas se tuerzan (porque algún día se volverán a torcer) el gliss habrá aprendido la lección. Por ahora, los poderes han cambiado, y aunque esas grandes marcas que hicieron grande el gliss recuperen parte del terreno perdido -cosa bastante complicada-, serán otras marcas las que señalarán el camino a seguir. El potencial sigue siendo muy grande, pero hay que saber gestionarlo. El textil y, sobre todo, el calzado, representan un porcentaje considerable en el global de las ventas del sector y eso hay que saber aprovecharlo. El gliss, más allá de quien se reparta el pastel, tiene la gran suerte de que su target es, en volumen y gasto, uno de los más importantes del sector. En contra tenemos el hecho de que el gliss tiene poco de práctica. Sí, se venden skates, patines, patinetes y algo de surf, pero el gran volumen es textil y calzado.Y todo moda.Y como moda tiene ciclos. Ahora estamos en uno bueno, y si el gliss es capaz de no rodar más rápido de lo que debería, los baches que puedan surgir serán fáciles de esquivar. Hay dos aspectos vitales en el futuro del gliss: el primero, que haya aprendido de lo que llegó a sufrir en el pasado por no calibrar bien el crecimiento; y el segundo, que marcas y tiendas sean conscientes del peso que tiene la moda en este universo y de lo que ello conlleva. Para bien, que es mucho, pero también, o sobre todo, para mal. El potencial sigue siendo muy grande, pero hay que saber gestionarlo. El textil y, sobre todo, el calzado, representan un porcentaje considerable en el global de las ventas del sector y eso hay que saber aprovecharlo. El gliss, más allá de quien se reparta el pastel, tiene la gran suerte de que su target es uno de los más importantes del sector.

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