a fondo 114 En textil, entran en juego Decathlon –con todo lo que ello conlleva- y las grandes multinacionales, que sacan partido a sus inversiones en patrocinio y dominan aplastantemente el mercado. Aunque, como en otros deportes, el textil es una categoría muy compleja, el trabajo de marcas como Nike, adidas,Asics o la española Joma está dando sus frutos. CRECER POCO A POCO La gran suerte del tenis, pese a todos los reveses que ha recibido desde que el pádel empezase a sobresalir, es que conoce muy bien sus límites. Los ha tenido que conocer. Las marcas saben perfectamente que su margen de crecimiento es muy limitado y actúan, por fin, acorde con esta visión. El objetivo, en este sentido, es crecer poco a poco. Marcarse una meta realista e intentar avanzar hacia ella.Y esa meta podría ser, perfectamente, alcanzar el nivel de 2010, cuando se logró el pico en ventas de estos últimos 20 años. Antes de que el pádel diera el estirón y centrase todas las miradas de clubes, promotores inmobiliarios y, sobre todo, tiendas. ¿Es un objetivo realista? Si, sin duda, pero seguramente no a corto plazo. El tenis sigue teniendo un largo recorrido. Y lo tiene, como hemos dicho al principio, porque ha sabido entender cuáles son sus límites. Y lo ha hecho, además, construyendo un mercado perfectamente ordenado. Todos los males que todavía sufre el pádel, ya no los tiene el tenis, seguramente porque la oferta (y la demanda) es muy inferior, y eso ayuda a que la estabilidad no implique deslealtades. Se sabe cómo es el mercado, se sabe hasta donde se puede llegar, y se trabaja acorde con estas limitaciones. Y ese es un logro del que no pueden presumir muchos segmentos. En cuanto a las marcas, poco que decir. En un mercado cada vez más estable y maduro, con una cifra de practicantes que apenas varía, las cuotas no van a cambiar mucho, y menos en un deporte donde el jugador suele ser tan fiel a la marca. La tecnología, la innovación, será el gran valor añadido tanto para intentar que los jugadores cambien de marca como, sobre todo, para que quienes ya juegan con una marca, decidan renovar su material. Las marcas están haciendo un muy buen trabajo a nivel de innovación y el estatus que tiene este deporte en algunos de los grandes mercados mundiales es una garantía de que se va a seguir apostando muy fuerte por este desarrollo. Ni siquiera el boom del pádel a nivel internacional puede alterar el peso que tiene este deporte en las estrategias de las grandes de la raqueta. Finalmente, respecto a las tiendas, poco que decir. Lo más normal es que las cosas no cambien lo más mínimo en los próximos meses. El tenis seguirá teniendo una presencia importante en grandes cadenas (especialmente en Decathlon, que controla más del 25% de las ventas en unidades), en algunas multideporte que, por ubicación o por tradición, seguirán dándole un espacio importante a este deporte, y las especialistas en deportes de raqueta, aunque ahora den la mayor parte de su espacio al pádel, mantendrán su cuota de tenis por imagen y, obviamente, porque es un segmento interesante en volúmenes. Finalmente, un aspecto muy importante, casi determinante, para que el tenis mantenga su dinámica, es que clubes y marcas trabajen fuerte, como han hecho hasta ahora, para mantener viva esa cultura del tenis que tradicionalmente ha sido tan fuerte en nuestro país y que ha sido clave para que este deporte siga tan vivo a pesar de todo… El gran problema del tenis nunca ha sido el pádel, sino más bien haberle dado, durante muchos años, un potencial que estaba muy alejado de la realidad. Exactamente igual que pasó con el esquí. Y al final, por mucho que unos hablen de la muerte del tennis, de que el pádel lo ha arrasado, la realidad es que el problema que en su día tuvo el tenis no fue que el pádel lo anulase; fue esperar más de lo que se podía esperar. Y eso no es un fracaso, es un error de cálculo.
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