TradeSport 312 - Septiembre 2022

114 a fondo RUNNING como el del running es relativamente fácil, y en muy poco tiempo la red de comercios especializados en se disparó. Exageradamente. Y muchas veces bajo la gestión de gente que no tenía la más remota idea de llevar una tienda y que creían que con la pasión que tenían por este deporte bastaba. Lo mismo que pasó con el triatlón. Por si fuera poco, parece que nadie se dio cuenta de que el running es un deporte que se“presta” mucho a ser trabajado por los comercios multideporte, tanto los independientes de mediano formato como, sobre todo, los grandes operadores (que lógicamente no dejaron pasar la oportunidad de apostar por un deporte con tan buena salud). La especialización tiene un gran tirón entre los corredores habituales, pero el poder de las grandes cadenas es casi infinito.Y teniendo en cuenta que el target que siempre ha disparado las ventas es, en sus primeros pasos, más de multideporte que de especialista, el reparto de poderes empezaba a estar bastante claro. Para rizar el rizo, además, las grandes marcas apostaron fuerte por las tiendas propias. Y lo siguen haciendo. ¿Conclusión? El pástel es grande… pero quiere comer mucha gente. Y el mercado nunca perdona, y cuando la oferta es muy superior a la demanda, empiezan los problemas. Y eso es lo que hay que vigilar.Ahora y siempre. El segmento tiene que asumir que el hecho de que cada vez haya más gente que corre –porque eso es obvio- no significa, ni mucho menos, que se necesite más oferta de tiendas. Ni especialistas ni multideporte semiespecializadas. Ni es fácil especializarse ni tampoco lo es posicionarse en un segmento donde ya hay muchos comercios de referencia que llevan años luchando. Y donde, como hemos dicho, hay tanto grandes operadores volcados (todavía) en el running. Por no hablar del online… Al fin y al cabo, como se suele decir, lo difícil no es llegar, sino mantenerse.Y puesto que, como hemos repetido muchas veces el running ha llegado donde ha llegado sin demasiados esfuerzos, con las crisis como principal aliado, habrá que estar muy atentos a cómo el segmento gestiona su evolución cuando ya no tenga esta ayuda. Mirando atrás, todo son buenas sensaciones, el problema es que ahora hay que mirar adelante. Y la cuesta parece empinada. Hay factores que, evidentemente, no podemos controlar y pueden suponer un palo en la rueda… u otro empujón. Con la pandemia aparentemente superada, parece que ahora nos viene un último trimestre de 2022 muy duro… y un arranque de 2023 también muy complejo.Y eso puede ser bueno y malo. Bueno porque probablemente la práctica va a repuntar -cuando la economía sufre, el deporte crece-,y malo porque puede que ese repunte de la práctica apenas se deje ver en las ventas. En cualquier caso, y más allá de la que se nos viene, tenemos que encontrar, como decíamos al principio de este artículo, ese equilibrio donde la madurez de un segmento no sea sinónimo de que esté quemado. El running ha crecido lo suficiente como para mantenerse fuerte. Y estable. Puede, y debe, convertirse en lo que es el fútbol: un deporte estable, con ventas muy importantes que se mantienen sin excesivos problemas año tras año. Lo importante, al final, es entender que la estabilidad, el mantenerse fuertes y sólidos, avanzando con firmeza, es mucho más importante, rentable y seguro, sobre todo a largo plazo, que esperar nuevos repuntes espectaculares. Lo malo no es llegar a un punto de estabilidad y madurez donde los objetivos se definan en términos de calidad; lo malo es estar dependiendo siempre de las crisis -de las que sean- para poder dar saltos cuantitativos. Con la pandemia aparentemente superada, parece que nos viene un último trimestre de 2022 muy duro… y un arranque de 2023 también muy complejo. Y eso puede ser bueno y malo. Bueno porque probablemente la práctica va a repuntar -cuando la economía sufre, el deporte crece-, y malo porque puede que ese repunte de la práctica apenas se deje ver en las ventas.

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx