A pesar de que, como hemos visto, la escalada requiere del uso de muchos productos, en este artículo nos centraremos en el que, probablemente, es uno de los más importantes y con mayor volumen de ventas. Hablamos de los pies de gato. Como sucede en prácticamente todos los deportes al aire libre, el calzado es una pieza extremadamente importante para una práctica segura.Y en el caso de la escalada, lo es todavía más, ya que del calzado depende que podamos realizar una práctica cómoda, eficaz, precisa y, sobre todo, segura. Pies de gato es el nombre que recibe el calzado técnico específico para escalada, y el porqué de su nombre no tiene mucho secreto: este calzado fue bautizado con este nombre por ser ligero, flexible y muy adherente, exactamente igual que los pies de este felino. Y desde su irrupción, se ha convertido en un elemento fundamental cualquiera que quiera escalar tanto por paredes de roca como por los rocódromos. Porque pese a que es necesario que este tipo de calzado sea, como hemos dicho, ligero y flexible, sin lugar a dudas, la adherencia es su gran valor añadido. Su suela de caucho nos proporciona la firmeza, el agarre y el apoyo que necesitamos para ir ganando metros en nuestra ascensión. En este sentido, es obvio que este calzado ultra técnico y, casi siempre, de construcción artesanal, tiene que ser una segunda piel que nos permita tener sensibilidad sobre la roca; como un guante que se adapte a la perfección a nuestro pie. Por eso no es extraño que, para que este calzado quede bien apretado, los escaladores no elijan la talla de sus pies de gato como cuando escogen un calzado normal, dejando una pequeña zona vacía entre los dedos y la puntera, sino que eligen tamaños inferiores para que el ajuste sea preciso. Incluso exagerado. Hablamos de casi dos o tres tallas menos de la que nos correspondería. Incomodo al principio, es cierto, pero con infinitas ventajas a la hora de escalar. UNA EVOLUCIÓN CON ACENTO ESPAÑOL La escalada, como hemos explicado antes, es una actividad derivada del montañismo, cuyo origen está fechado el 8 de agosto de 1786, cuando los alpinistas franceses Michel-Gabriel Paccard y Jacques Balmat alcanzaron por primera vez en la historia la cima del Mont Blanc (4.810 m). Los primeros escaladores de roca de la historia utilizaron botas con listones de madera y una suela gruesa tachonada con tacos de metal y clavos para realizar sus ascensos, hasta que el italiano Vitale Bramani, un montañero con talento y curiosidad para buscar soluciones a los problemas de adherencia del calzado, creó y patentó la suela Vibram Carrarmato en el año 1937. Posteriormente, en el año 1948, Pierre Allain, uno de los alpinistas más influyentes de la historia, comercializó una bota ajustada de cuero con una suela de caucho que se asemejaba mucho a los pies de gato actuales. Pero no fue hasta la década de los 80 cuando, tras años de investigación, la empresa española Boreal, fundada en el año 1975 por Jesús García López en la ciudad alicantina de Villena, lanzó al mercado los primeros pies de gato tal y como los conocemos actualmente. A partir de ese momento, diversas empresas apostaron por producir pies de gato, empezando así la especialización de este calzaLos pies de gato son uno de los productos estrella de la escalada. Sin ser una categoría excesivamente fuerte ni en unidades ni en facturación, su evolución ha sido suficientemente importante como para destacar dentro de un universo outdoor en auge. El boom de los rocódromos ha sido clave para dinamizar las ventas y abrir nuevas vías de negocio. Un guante para el pie a fondo 96 El proceso de construcción de un pie de gato es muy artesanal. Al no ser un producto con grandes volúmenes de fabricación las marcas suelen ser extremadamente cuidadosas en su producción, incluso con las gamas medias y bajas. ESPECIAL ESCALADA - PIES DE GATO
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