TradeSport 311 - Julio-Agosto 2022

Cuando uno crece sin límites es muy complicado marcarse un objetivo realista. Y eso es lo que le pasó al triatlón. Las cosas iban bien y nadie pensó en el medio y el largo plazo. Y claro, pasó lo que pasó. Y luego, como siempre, llegó la estabilidad, que casi siempre llega cuando uno, por fin, entiende dónde está y dónde puede llegar. embargo, hay dos universos que están ganando mucho protagonismo en la tienda y, también, en las compras de los triatletas: los pulsómetros y la nutrición. Respecto a los primeros, los pulsómetros, poco que decir. Su precio medio, obviamente, es muy superior al de la mayoría de complementos, pero su evolución ha sido una de las más espectaculares que se han dado en la última década dentro del sector. En tritatlón y, también, en otras muchas modalidades, como el fitness o el running, por ejemplo. El deportista es cada vez más exigente con su entrenamiento y de ello se han beneficiado –y mucho- los pulsómetros. En cuanto a la nutrición y los complementos alimenticios es, sin duda, la categoría que más ha crecido proporcionalmente en los últimos años. El triatlón –como las carreras de larga distancia de running o bike- es un deporte muy exigente y que, normalmente, salvo en las distancias cortas, conlleva un tiempo de ejercicio lo suficientemente largo como para que, en algún momento, el cuerpo necesite más energía e hidratación. Y no es algo que sólo deban tener en cuenta los profesionales o quienes buscan una buena marca; todo el mundo puede comprobar cómo, si se gestiona bien su ingesta, este tipo de productos pueden ayudar a maximizar el rendimiento. Para el comercio, además, es un producto que por su precio y por los hábitos de compra, genera mucho tráfico en la tienda y es un buen reclamo para fidelizar al cliente. Pero además de esta especialización en productos, el boom del triatlón y su actual estabilización a fondo 122 también han servido para dinamizar otras disciplinas como el trail o, sobre todo, la natación en aguas abiertas. Al final, unos y otros se retroalimentan, y eso es fundamental para que se mantenga dinámicos. CONOCER LOS LIMITES Cuando uno crece sin límites es muy complicado marcarse un objetivo realista. Y eso es lo que le pasó al triatlón. Las cosas iban bien y nadie pensó en el medio y el largo plazo. Y claro, pasó lo que pasó.Y luego, como siempre, llegó la estabilidad, que casi siempre llega cuando uno, por fin, entiende dónde está y dónde puede llegar.Y justo cuando se estaban definido esos límites, cuando el triatlón había entrado en esa fase de madurez en la que la estabilidad es un clavo ardiendo al que agarrarse, llegó la pandemia. Que aun no se ha ido, aunque a veces lo parezca. ¿Cómo avanza el triatlón en este contexto? Pues en primer lugar habiendo asumido que es un deporte minoritario- en segundo lugar, aprovechando que la práctica de las modalidades que lo conforman sigue muy activa: bike y running siguen creciendo a un ritmo muy bueno y la natación en aguas abiertas suma adeptos cada día. De entre todos estos “fieles” a alguna de estas tres disciplinas, lo más lógico es que algunos prueben con el triatlón. Aunque sea un par de veces. En cuanto al canal, poco que decir. Las ventas, pese a todo, no son malas porque, como hemos dicho, la practica mantiene un buen ritmo y la selección natural ha hecho su trabajo. Con el boom del running o el ciclismo, y también de las aguas abiertas, muchas tiendas especialistas en triatlón han notado un repunte en sus ventas después de algunos años complejos, sobre todo cuando se comenzaron a abrir tiendas sin ningún tipo de criterio (y, por cierto, las marcas no ayudaron mucho, dejándose llevar por el volumen y vendiendo a todos aquellos que llamaban a su puerta sin pensar en el medio y largo plazo). Lo mejor que se puede decir del triatlón a día de hoy es que este universo ha sabido asumir sus dimensiones reales y sus límites. Es un deporte maduro y sólido, sin que eso signifique nada negativo. Al revés, se ha conseguido construir un segmento fuerte y con una red de tiendas lógica y sólida, una oferta amplia, especializada y superespecializada, y un volumen de practicantes suficientemente importante como para no temer por un retroceso contundente. En cuanto a la pruebas, poco a poco se va recuperando el status prepandémico, pero aún está costando mucho llenar algunas competiciones.Y no por falta de triatletas. Hay ganas, y muchas, pero también ciertos recelos. La situación sanitaria, todavía un poco confusa, y el miedo a una fuerte recesión económica (con la guerra de por medio), están condicionando ese “regreso” a la situación de 2018 o 2019, pero el trabajo de los organizadores está siendo espectacular, tanto a nivel de seguridad como, sobre todo, en la potenciación de nuevas disciplinas que dinamicen la participación. ESPECIAL TRIATLÓN

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