Aunque a muchos les pueda parecer que el triatlón es una disciplina muy exigente y sólo al alcance de grandes deportistas, una de las razones que ha propiciado su auge ha sido su accesibilidad. Eso sí, es una disciplina logísticamente complicada y cara. Y ello conlleva que, a diferencia de otros deportes -incluidos bike, running y natación por separado- la rotación de practicantes sea muy alta. 121 cionales- contando la inscripción y el desplazamiento. Pruebes, como hemos dicho, sigue habiendo bastantes, y la mayoría, pese a ser caras -porque lo son- se llenan. La cifra es infinitamente más racional que en 2016 o 2017 y la demanda y la oferta están bastante equilibradas. Eso sí, habrá que ver como acaba afectando la situación actual al desarrollo de estas pruebas. Estamos en un momento complejo a nivel económico, por la postpandemia y por la guerra, y eso está poniendo muchas dificultades a los organizadores, sobre todo en las pruebas más caras. APROVECHAR LA OLA DEL BIKE Y RUNNING Más allá de los problemas que conllevó el crecimiento descontrolado de hace poco menos de una década, es obvio que el boom del triatlón ha tenido varios beneficiados, entre ellos los segmentos del bike, la natación y el running. En el caso del running, basta con tener claro que, a pesar de que hay marcas especializadas en calzado de triatlón y de que algunas marcas del universo running tienen modelos específicos de triatlón, la gran mayoría de los triatletas corren con calzado running, de manera que los movimientos que han tenido que hacer estas marcas han sido mínimos, y generalmente más vinculados al marketing que al I+D. En textil la cosa cambia un poco porque el mono ha ganado un protagonismo importante (algo que se ha dejado notar en la oferta de marcas), aunque también hay mucha gente que cuando se libra del neopreno, y con el bañador debajo, simplemente se pone una camiseta técnica para seguir. En bicis pasa exactamente lo mismo. Las marcas o han lanzado una nueva línea de triatlón o han ampliado su oferta. Y aunque generalmente estos modelos específicos están pensados para el triatleta más exigente y, por lo tanto, tienen un precio elevado, hubo unos años en los que, por el potencial de esta modalidad a nivel popular (seguramente el target donde se puede crecer más), muchas marcas también apostaron por modelos de “cabra” más asequibles. Pero más allá del running y el bike, la categoría que seguramente más beneficiada se ha visto con el auge del triatlón ha sido, sin duda, la de los neoprenos. Hace dos décadas apenas había una o dos marcas que comercializaban en España este tipo de productos; y aunque ahora la lista también se está reduciendo, durante un tiempo el mercado se inundó de nuevas propuestas. Es un producto muy “exclusivo” de la tienda especializada en triatlón (porque apenas hay red de tiendas de baño) y una inversión que, si se corren 2 o 3 pruebas al año, es del todo rentable. Por no hablar del auge que se ha dado, en los últimos 5-10 años, en la natación de aguas abiertas, dinamizando la venta de neoprenos justo en un momento en el que la cosa parecía ir muy a la baja. Más allá de los productos estrella que pueda tener el triatlón, que obviamente son zapatillas, neoprenos y bicis, si algo hay que destacar de esta modalidad a nivel de productos es la fuerza que han ganado todos los complementos técnicos, cuya evolución a nivel de prestaciones ha sido espectacular y que, además, dejan una gran rentabilidad a la tienda, tanto por su buena demanda –y venta- como por su rotación y su poder de fidelización. La lista es muy larga y podemos encontrar desde gafas, gorras, perneras o calcetines, hasta portadorsales o cremas solares. Sin
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