Un segmento camaleónico El gliss, en su concepto más global, está muy vivo. Es, probablemente, uno de los segmentos con más altibajos del sector, pero las abismales diferencias que hay entre las modalidades que, paradójicamente, se engloban dentro de este universo ayudan a que, cuando una de ellas entra en barrena, otras compensan el desastre. Y así, con el paso de los años, y tras el espectacular batacazo que sufrió este segmento durante la crisis de hace apenas una década, el gliss ha sabido reinterpretarse.Volver a ganar protagonismo con otras armas, con otra visión del mercado y, sobre todo, con otros buques insignia. Y probablemente, aunque como sector técnico pueda no gustarnos en exceso la idea, una de las claves para que el gliss avance con cierta solvencia ha sido entender que se está excesivamente a expensas de la moda.Y la moda lo está, también en exceso, de las crisis económicas. cuando la moda impone sus tendencias, no hay nada que hacer. Partiendo de la premisa de que una parte muy importante del gliss tiene más de moda que de deporte, este universo ha renacido. Poco a poco, eso sí. Y lo ha hecho a pesar de que algunos de sus principales actores o han desaparecido o han estado a punto de hacerlo. Pero ha renacido. Después de unos años muy difíciles, vuelve a ganar terreno.Y lo hace gracias a la reactivación de las ventas de textil vinculado al llamado X-Wear pero, sobre todo, por el buen comportamiento de determinadas modalidades (y modas), como el skate o, sobre todo, el patinaje. Sobre la época“oscura”hay poco nuevo que contar. Al gliss le faltó muy poco para morir de éxito. Las tiendas, que en su día se volcaron a ciegas con este universo, le fueron dando la espalda al mismo ritmo que las ventas caían por culpa de la crisis. Las grandes compañías que impulsaron el gliss y que venían del surf, como Billabong o Quiksilver, se tambalearon. Algunas, además de reestructurarse, han cambado de manos varias veces, de holding en holding. Y eso nos da una idea bastante aproximada de la sacudida que sufrió este segmento, sobre todo las colecciones más cercanas a la moda (que eran mayoría). La situación llegó a ser preocupante. Y no fue a peor por dos razones de peso. Por un lado, pese al espectacular batacazo del textil, el calzado mantuvo el tipo, y eso sirvió para amortiguar el revés. Y, por otro lado, pese a la debacle, el segmento en su globalidad era bastante consciente de la culpa la tenía casi exclusivamente la crisis, así que tarde o temprano las cosas volverían a ser como antes. Son ciclos. Ciclos que pueden ser más o menos graves en función de la economía y/o de las modas. Y, en este sentido, todo el mundo tenía más o menos claro que cuando la crisis pasase, la moda deportiva en general y, especialmente, la surfera/skater, volverían a ganar peso.Y así fue. Porque la estética surf y skate jamás ha perdido su atractivo, sobre todo entre los más jóvenes. Otro asunto es qué marcas son las que lideran este segmento.Y aquí la respuesta es mucho más compleja. Antes, las tres o cuatro grandes multinacionales lo tenían más fácil porque había menos competencia, pero ahora tienen que luchar con una serie de marcas más jóvenes y atractivas, muchas de ellas vinculadas a fondo 120
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx