EL GIMNASIO, CLAVE… PESE A ESTAR SEÑALADO El fitness ha experimentado dos grandes puntos de inflexión en la última década.La subida del IVA y la reconversión de los gimnasios. Del IVA poco que decir. En su día frenó en seco la evolución del segmento poniendo en peligro la continuidad de muchas instalaciones y, sobre todo, los puestos de trabajo de miles de profesionales, pero se superó.Y se superó, entre otras cosas, porque los gimnasios supieron reinventarse, apostando por nuevos modelos de negocio. Antes de la crisis, incluso antes de la brillante idea de subir el IVA, el fitness ya estaba en plena transformación. Las actividades se multiplicaban La historia del sector está llena de altibajos. De ciclos. Y uno de los segmentos que más los ha sufrido ha sido, sin duda, el fitness que ahora, en plena pandemia, se ha convertido, de nuevo, en una pieza clave para el sector. La historia del sector está llena de altibajos. De ciclos.Y uno de los segmentos que más los ha sufrido ha sido, sin duda, el fitness que ahora, en plena pandemia que no se supera, se ha convertido, de nuevo, en una pieza clave para el sector. En un eje estratégico de esta nueva cultura deportiva -y del bienestar- que se está definiendo en estos últimos meses. Otra vez en la cima después de haber tocado, casi, fondo cuando al gobierno se le ocurrió la brillante idea de considerarlo un lujo y subió el IVA al 21%. Entonces saltaron las alarmas, pero ahora, superado ese bache (no fue fácil), el camino parece cuesta arriba. Y es así, más allá de por un contexto donde la salud está en el centro, por la capacidad que ha tenido este universo de transformarse. De adaptarse a una nueva realidad. De agazaparse bajo el paraguas del wellness para seguir creciendo y para consolidarse, otra vez, como uno de los universos más dinámicos del deporte. Quizás no en producto, pero sí en práctica. Quizás “gracias” al Covid, pero dando pasos seguros y coherentes. Sabiendo aprovechar el momento. ADAPTARSE… O MORIR Lo acabamos de decir: el gran éxito del fitness hay que buscarlo en su capacidad -y agilidad- para transformarse. Para adaptarse a las necesidades de un consumidor muy cambiante y muy exigente. Y a un entorno donde la salud, el bienestar, se ha convertido en el eje sobre el que gira una nueva -y mil veces reclamada- cultura del bienestar. Porque la nueva era del fitness comenzó mucho antes de que nos encerrasen tres meses en casa. Empezó cuando este universo tan complejo de definir -de ponerle límites- entró en la órbita del wellness. Dentro de esta burbuja del bienestar comenzó a experimentado un cambio radical. Un cambio que se acentúo y aceleró con la llegada del Covid. Dentro del mundo del wellness, el fitness representa la vertiente más atlética; la parte más vinculada al deporte, a los gimnasios.Y esta parte ha sido, en estos últimos años, uno de los muchos salvavidas a los que se ha agarrado el sector para mantenerse dinámico. Como el running o el bike, el fitness ha sido vital para sobrellevar las crisis económicas y, también, para que el deporte ganase nuevos adeptos en un contexto donde no era precisamente fácil. O no tanto como ahora. Bajo el paraguas del Wellness, el fitness se ha atomizado en un sinfín de actividades vinculadas al bienestar físico –y psíquico-. Actividades de gimnasio y, también, al aire libre o en centros especializados de salud. Para el deporte, algunos apenas tienen trascendencia porque no implica grandes volúmenes de venta, pero a nivel global “construyen” un sector con una identidad propia, fuerte, y preparado para seguir ganando más fuerza. 111
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx