Puede que la pandemia haya tenido algo que ver con el momento tan dulce que vive el pádel pero, sin duda, ha sido el gran trabajo que se ha hecho desde el propio segmento, y desde hace muchos años, lo que ha propiciado el fuerte crecimiento de este deporte. 61 solidarse, el fuerte apoyo que está teniendo el CIP, con más de 60 compañías asociadas -entre ellas todas las marcas líderes, tanto en material como en instalaciones o servicios- es una demostración evidente de que,por fin,el pádel ha entendido que, para defenderse y expandirse, es fundamental estar unidos. Porque si ha algo ha quedado claro en el pádel, y en el sector en general, es que siempre es mejor eso de que “la unión hace la fuerza” que no el“divide y vencerás” que tanto ha definido -y lo sigue haciendo en muchos casos- a nuestro sector. En esta nueva etapa que inicia el pádel, mucho más ordenado y con un enorme potencial a nivel internacional,es muy importante tener una asociación que represente, proteja y una a las marcas. Y el apoyo que está recabando el CIP es una demostración contundente de que el sector así lo ha entendido. UN MERCADO NACIONAL EN PLENA MADUREZ El pádel, como hemos dicho, vive su mejor momento desde que hace apenas 45 años aterrizará en nuestro país. Y si es así es porque, después de unos años de excesivo oportunismo, el pádel ha encontrado su madurez.Y eso no significa, ni mucho menos, que haya tocado techo. Significa que es un mercado está mejor dimensionado, estructurado y profesionalizado. Que sabe gestionar los éxitos con cautela y pensando en el largo plazo y no en un boom efímero que sea pan para hoy y hambre para mañana. Porque que un sector sea maduro no es malo.Todo lo contrario. Madurez no es sinónimo de haber tocado techo. Es sinónimo de hacer las cosas bien, de solidez.Y el pádel, hoy por hoy, es un mercado infinitamente más sólido que hace apenas 5 años. Evidentemente queda mucho camino por recorrer y muchas asiganturas pendientes, empezando por la oferta (que sigue siendo excesiva pese a haberse reducido considerablemente), pero eso no quita que en estos últimos años se haya avanzado mucho.Y hacia la dirección correcta. ¿Qué asignaturas pendientes tiene todavía el pádel? Pues varias. Y la primera, con diferencia, es seguir depurando la oferta. Es cierto que se está reduciendo, pero todavía hay demasiadas marcas. Han desaparecido muchas… pero cada dos por tres aparecen otras nuevas. Porque, por desgracia, es muy fácil lanzar una marca nueva al mercado. Cualquiera, con una inversión mínima, puede hacerlo. No hace falta ni siquiera tener conocimientos de este deporte. Se compra una colección (y vendedores hay muchos) y se lanza al mercado. Así de fácil. Es más, con un poco de suerte todavía será relativamente fácil encontrar quien te coloque esas palas en algún club o en alguna tienda,sobre todo si el precio y el margen son buenos.Y es obvio que estas pequeñas marcas apenas son representativas en el global del segmento, pero eso no impide que hagan mucho daño al pádel. Porque por pequeñas que sean, el mercado, en pleno boom de practicantes y ventas,las absorbe.Y si fuera una no pasaría nada, pero son muchas. Y la mayoría vienen con una estrategia de precios muy radical, con todo lo que ello conlleva.Y,al final,marcas que no deberían tener ni un metro de recorrido,acaban perjudicando a todas esas marcas que llevan años luchando para que el pádel crezca; las que invierten en innovación, las que apuestan por la calidad, las que, desde el primer día, ven el pádel como una apuesta a largo plazo. Y sí, es cierto, como hemos dicho mil veces, que esas marcas lideran los ránkings de ventas igualmente (entre las 20 principales marcas ya concentran el 80% de las ventas), pero el daño que les hacen todas esas pequeñas marcas oportunistas es inmenso. A ellas y al pádel en general. Porque, que a día de hoy haya en el mercado alrededor de 100 marcas de palas, es un grave problema. Mucho menos grave que cuando había 200, es cierto, pero sigue siendo un lastre para el sector. ¿Por qué? Pues básicamente porque son estas marcas las que mantienen tan viva la guerra de precios. Una guerra que, desde hace muchos años,y aunque haya ido a la baja,es el gran lastre de este deporte: desde hace muchos años el pádel es el segmento con mayor índice de promociones del sector, con más del 30% de las palas vendidas con descuentos por encima del 30%. Casi nada. Más allá del exceso de marcas hay otro problema al que se enfrenta el pádel y que, también, tiene que ver con la oferta. Aunque en este caso con la falta de stock.Es un problema puntal que tiene que ver con la fata de suministros en el origen pero que, aun así, está conllevando muchos problemas al pádel. Sobre todo, ahora que tiene tantas oportunidades que aprovechar. Porque la pandemia ha disparado los índices, pero también ha provocado un caos absoluto en la producción. En todos los sectores. Y el pádel no ha podido escapar de ello. El cierre de la producción en Asia durante los primeros meses de la pandemia, todavía se deja notar. Menos, pero se nota. Y aunque poco a poco las cosas ven volviendo a su estado natural, a su ritmo lógico, sigue habiendo algún que otro problema de suministro. En Asia -donde se fabrican la gran mayoría de palas de gama baja y media- y en las fábricas europeas o nacionales (que,aun teniendo materias primas, no siempre se tiene capacidad para dar respuesta a un pico de la demanda como el actual). El último de los problemas actuales a los que se enfrenta el pádel tiene que ver con los clubes. Con la oferta de palas más o menos reordenada, el pá-
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