Por su volumen de practicantes y su tipología, Fútbol y Baloncesto han tenido ventas muy regulares en los últimos años. Y en un contexto aparentemente tan desfavorable, su estabilidad no solo es destacable, sino que, sobre todo, ha sido otra de las claves para que el calzado técnico, en general, remase a contracorriente. No han crecido mucho, pero manteniéndose estables ya han aportado muchísimo. 84 a fondo CALZADO TÉCNICO eje sobre el que giran todas las estrategias (y ventas). Ni siquiera son los que tienen mayor volumen de ventas. Hay otros deportes como el fútbol, el baloncesto o el tenis/pádel donde el calzado también tiene un peso a tener muy en cuenta. Sobre todo, porque su presencia en el comercio multideporte ha sido, tradicionalmente, muy importante. Además, aunque con muchas diferencias en las cifras, son modalidades que, por su volumen de practicantes, en las últimas décadas han tenido ventas muy regulares, incluso en entornos hostiles. Y en un contexto tan desfavorable, su estabilidad no solo es destacable, sino que, sobre todo, ha sido otra de las claves para que el calzado técnico, en general, remase contracorriente con tanta fuerza. No han crecido mucho, pero mantendiéndose estables ya han aportado muchísimo. Empecemos por el fútbol. Antes de que el running tuviera su particular boom, el fútbol fue el deporte que más pares vendía, por encima de los dos millones. Ha sido, y en muchos comercios multideporte lo sigue siendo, el deporte estrella. Además, a diferencia del tenis y el basket, el fútbol sí ha podido aprovecharse un poco de la moda y potenciar las colecciones de calzado urbano inspiradas en la estética de las botas de fútbol. Sobre todo, entre los más pequeños. La parte más técnica está aplastantemente dominada por adidas y Nike, y el resto se lo reparten marcas especialistas como Lotto, Mizuno, las españolas Joma, Kelme o Munich, o la recién llegada New Balance, entre otras. La lucha, a nivel tecnológico, es intensa. Entre Nike y adidas para robarse cuota, y entre las demás, para intentar mitigar el protagonismo de los dos grandes. La lucha es intensa, pero los altos volúmenes que mueve el calzado fútbol son una razón de peso para que unos y otros mantengan esta carrera muy viva. El frenazo que ha sufrido este segmento por culpa del COVID (sin entrenamientos ni competiciones no hay ventas) ha sido puntual, y una vez se ha vuelto a la normalidad, las ventas se están recuperando poco a poco y en breve se volverá a este estado natural de estabilidad. En cuanto al baloncesto y al tenis, vidas paralelas. Mantienen una cifra bastante regular de ventas y una presencia muy estable en la tienda tradicional. No tienen grandes espacios dedicados, pero siempre están allí, con ventas todo el año. La cifra de practicantes no crece, pero no cae excesivamente, y su principal handicap es que muchas veces ha estado a expensas de lo que decía la moda, creciendo cuando el look tenía aceptación en las calles, y perdiendo fuerza cuando se le daba la espalda. En baloncesto, dominio contundente de Nike y adidas y un muy buen trabajo de marcas como Under Armour. En tenis pasa algo parecido, pero la fuerza de las especialistas es mucho más importante, por número y por volumen, con marcas como K-Swiss, Asics, Wilson, o Babolat al frente. La fuerza de Nike y adidas, que llevan a cabo importantes inversiones en I+D y en patrocinios, es considerable, pero mucho menos que en otros segmentos. Como en el fútbol, el COVID marcó un punto de inflexión, pero las cosas vuelven a su estado prepandemia. Caso aparte merece el calzado pádel. La práctica se disparó hace años, pero en esos primeros repuntes las ventas de calzado no siguieron el mismo ritmo. Poco a poco el jugador se fue concienciando de la importancia que tiene un buen calzado -las marcas trabajaron duro para que así fuera- y esta categoría empezó a ganar peso.Y en
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