Dicen que equivocarse es humano.Y que rectificar es de sabios. No sé si a estas alturas el sector es humano o es sabio, pero lo que sí que es obvio es que ha sabido corregir uno de los grandes “errores” que ha cometido en los últimos años y darle al calzado atlético el protagonismo que se merece. Porque, aunque que ahora parezca todo lo contrario, hace apenas una década nadie daba un duro por esta categoría; hoy, después de ser uno de nuestros grandes aliados durante la crisis, y a pesar de que la moda vuelve a recuperar el terreno que perdió, el calzado atlético sigue siendo uno de los grandes motores sobre los que gira el sector. Mantiene la inercia de su fuerte crecimiento durante la crisis, con el running y el outdoor como abanderados, y aunque los ritmos de crecimiento se habían frenado ligeramente en los últimos dos o tres años, con la llegada de la pandemia, y tras el repunte de los índices de práctica postencierro, esta categoría ha vuelto a coger mucha velocidad y su dinamismo sigue siendo clave para muchas marcas y tiendas. El reto, ahora, es mantener ese estatus, y a priori, con los datos de práctica en la mano que siguen al alza-, no tiene por qué ser complicado. Exigirá un gran esfuerzo por parte de todo el sector, porque hay que trabajar mucho para intentar que la gente siga haciendo deporte, pero con el COVID los hábitos de práctica han cambiado un poco, para bien, y eso es un punto a nuestro favor. La historia más reciente de esta categoría empieza con un desamor. Previsible pero no por ello menos traumático. El lifestyle empezó a imponerse con fuerza en el canal. Los índices de práctica deportiva eran muy bajos, y el deporte no era una de las prioridades de los españoles. Las tiendas, obsesionadas con el corto plazo, apostaron a ciegas por el lifestyle, dejando de lado la mayoría de categorías atléticas. Categorías que empezaron a “monopolizar” las especialistas (marcas y tiendas). La apuesta que hizo un porcentaje muy alto del comercio multideporte por la moda les salió redonda. Al principio. La demanda era buena y el tráfico en las tiendas justificaba el cambio de rumbo. Pero llegó la crisis de 2008. Y con la crisis se dieron dos factores determinantes para que, otra vez, hubiera un cambio de estrategias: la moda cayó en picado y el deporte ganó miles y miles de nuevos practicantes. Salir a correr, jugar a pádel o ir en bici era una muy buena alternativa a otro tipo de ocio mucho más caro. Y además de accesible, era asequible. En muy poco tiempo deportes como el running, el pádel, el bike o el outdoor empezaron a generar mucha demanda, pero claro, el comercio multideporte no tenía oferta. Emergieron y se posicionaron los especialistas y sólo las grandes cadenas lograron seguir su estela. Y fue en este contexto donde el calzado atlético empezó a consolidarse como una alternativa real para muchas tiendas y, sobre todo, en una categoría con suficientes ventas como para equilibrar las pérdidas que estaba sufriendo el lifestyle, especialmente el textil. Tras superar la crisis, las cosas recuperaron cierta normalidad y el lifestyle volvió a ganar mucho terreno. Pero a diferencia de otras veces, lo atlético no se frenó en seco. Al contrario. El deporte se había afianzado en los hábitos de muchos españoles y la práctica seguía manteniendo muy buenos índices. Y eso se traducía en ventas. Y en este contexto, fueron muchos, tanto entre las marcas como, sobre todo, en el comercio, quienes entendieron que nunca hay que perder, ni dejar de lado, la esencia del deporte. Porque ha quedado bastante claro que esa esencia es la que nos lanza un salvavidas cuando creemos que no hay más remedio que dejarse llevar por la corriente.Y el COVID no ha hecho más que reforzar esta evidencia. Hace 10 o 15 años nadie hubiera apostado un euro a que lo atlético sería determinante para sostener al sector. Pero así ha sido. En la crisis de 2008 y, también, en esta. Y el gran “culpable”, quien más ha empujado, ha sido precisamente el calzado.Aunque en modalidades como el running, el pádel, o determinados deportes outdoor todas las categorías han ganado peso, es el calzado quien se ha erigido como el gran motor de este crecimiento. Esta categoría siempre ha sido el eje sobre el que han girado segmentos tan fuertes como el running o el outdoor, pero ha sido en estos últimos años, cuando más se necesitaba, que su peso se ha consolidado, con un crecimiento a fondo CALZADO TÉCNICO CARPE DIEM que sirvió, no solo para que las tiendas especialistas superaran con cierta habilidad las embestidas de las crisis sino, sobre todo, para que muchos multideporte que se veían hacia la deriva cuando el lifestyle estaba herido de muerte, pudieran dar un cambio radical de estrategia y volvieran a apostar por lo atlético. RUNNING Y TRAIL: UN PILAR BÁSICO Que el running ha sido el gran motor del calzado atlético en los últimos años y que, incluso en un contexto tan complejo, ha crecido espectacularmente, es algo que a estas alturas sabe todo el mundo. Ni siquiera hace falta darle muchas vueltas al por qué ni al cuánto ha crecido. Basta con decir que un tiempo récord la cifra de pares vendidos se duplicó, acercándose bastante a los 3 millones de unidades vendidas. Es cierto antes de la pandemia su crecimiento se había ralentizado, -menos ventas, menos aperturas de tiendas y varios cierres, alguno sonado- pero tras el encierro, 79 Hace 10 o 15 años nadie hubiera apostado un euro a que lo atlético sería determinante para sostener al sector. Pero así ha sido. En la crisis de 2008 y, también, en esta. Y quien más ha empujado dentro de este universo técnico ha sido el calzado.
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