TradeSport 302 - Octubre 2021

Pádel es un buen ejemplo de ello. Ahora quizás nos parezca evidente lo importante que es, para cualquier sector, que sus marcas de referencia se unan y marquen unos objetivos comunes, pero durante muchos años el pádel ha ido mucho por libre. Demasiado. Y no era nada fácil avanzar en según qué dirección.Ahora, insistimos, el segmento ha madurado. Ha entendido que es inevitable dar ciertos pasos si se quiere seguir adelante. Y más con la internacionalización arrancando a una velocidad de vértigo en algunos mercados. Para este 2022 el pádel tiene dos grandes prioridades. La primera, acabar de consolidar ese reordenamiento. Intentar que en vez de 100 marcas haya 50 y que se ponga fin a esas prácticas poco dudosas que impiden que la oferta se racionalice. Y la otra, evidentemente, que nuestras marcas, de palas, calzado, textil, bolas, instalaciones o servicios, aprovechen el fuerte crecimiento que está experimentado el pádel a nivel internacional. El potencial global de este deporte es simplemente espectacular y hay muchas marcas nacionales que, aun teniendo que competir con grandes multinacionales de la raqueta, pueden conseguir muchas cosas. El camino que han hecho durante tantos años no puede terminar dentro de nuestras fronteras, y aunque es obvio que no cuentan con el músculo financiero que puedan tener esas grandes del tenis que han apostado por el pádel, sí tienen otras ventajas competitivas, comenzando por su profundo conocimiento del producto y del deporte. Eso y, que desde hace años, están trabajando muy fuerte para internacionalizar este deporte y posicionarse con fuerza en los mercados que vayan abriéndose… demia, uno de los aspectos que más ha cambiado en el mundo del pádel en los últimos años es el de la producción. La larga lista de marcas que durante muchos años han operado en este segmento y las consecuencias que ello tiene para el conjunto del sector, ha “obligado” a las grandes marcas a buscar constantemente caminos para diferenciarse. Y en estos últimos años, uno de esos caminos ha sido el de la relocalización: las marcas están acercando la producción e, incluso, apostando por controlarla totalmente, bien con fábricas propias bien con fábricas externas con las que trabajan en exclusividad. Para franjas medias y, sobre todo altas, Oriente medio y Asia quedan muy lejos y no aportan valor añadido; fabricar en Europa o en España, en cambio, aporta muchas ventajas a nivel de calidad, servicio y control. Sobre todo, control. Y esas ventajas son, hoy por hoy, imprescindibles para competir con garantías en estas franjas. Otro tema son las gamas medias-bajas y bajas, que difícilmente, y por un tema de costes, van a producirse aquí. Hacer palas de pádel, lo hemos dicho un millón de veces, es fácil. Otro tema es si hacerlas bien también lo es.Las marcas,después de años produciendo en Asia, han entendido lo importante que es controlar lo máximo posible lo que producen. Por la calidad y, sobre todo, por la “exclusividad” (para evitar copias, vaya). Y esta es la razón que está empujando a muchas marcas a impulsar sus propias fábricas (aquí o fuera) o a confiar en fabricantes muy especializados y exclusivos. Los costes pueden subir, es cierto, pero las gamas medias y altas, que al fin y al cabo son las que hay que tener más controladas, llevan varios años teniendo una muy buena demanda, de manera que esta apuesta por recuperar el control de la fabricación está más que justificada. La lista de marcas que lo están llevando a cabo es cada vez más larga, y sus resultados (en producto y ventas) demuestran perfectamente las ventajas que aporta este cambio de estrategia en la producción. Un cambio que cobrará todavía más sentido a medida que el pádel gane terreno a nivel internacional. CARPE DIEM No se trata de un ahora o nunca, pero es obvio que el pádel nunca había tenido tanto recorrido como hasta ahora. Ni siquiera cuando empezó a crecer en nuestro país. La práctica se ha disparado y aunque el margen es todavía muy amplio, es obvio que el futuro de este deporte pasa, sí o sí, por su crecimiento a nivel internacional, especialmente en algunos países europeos y en Asia (a los que probablemente seguirán mercados tan potentes como el norteamericano, donde el emergente Pickleball puede ser un gran aliado). A lo largo de las últimas dos décadas, y sobre todo en los últimos años, el pádel ha experimentado varios puntos de inflexión, algunos para crecer en practicantes y ventas y algunos otros para reoganizarse.Y ahora, justo cuando este deporte empieza a despegar a nivel internacional, es cuando esta reorganización se está definiendo. Aunque el segmento sigue contando con demasiadas marcas y todavía ciertas prácticas no muy “leales” siguen estando al orden del día, el pádel lleva muchos meses en pleno proceso de maduración. De profesionalización. Tanto a nivel de marcas como, también, de sector. Y el Clúster Internacional del a fondo 44 ESPECIAL PADEL

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