70 a fondo RUNNING tanto las especialistas, como Asics, Saucony, New alance, Brooks o Mizuno, como adidas y Nike. También ha sido especialmente destacable el trabajo llevado a cabo por marcas nacionales que están consiguiendo asentar su cuota en un mercado tan competitivo y con marcas con un poder de inversión infinitamente superior. Tampoco podemos dejar de lado una importante lista de marcas que, con conceptos innovadores, y apoyándose siempre en la tecnología, se están ganando un hueco poco a poco en este complejo y saturado mundo. Estas marcas, superespecializadas en muchos casos, están ayudando a consolidar nuevas categorías que, a estas alturas, ya tienen identidad propia y una fuerte competencia. Si hace poco más de una década el running se limitaba, casi, al calzado (con algunas líneas de textil, casi siempre de las marcas de zapatillas), la oferta existente hoy en día la componen una lista interminable de productos específicos para este deporte, muchos de ellos con una oferta repleta de marcas superespecializadas, especialmente en complementos. Y siempre posicionándose de la mano de la innovación. Carpe diem… con cabeza Lo hemos dicho y no nos cansaremos de repetirlo: el futuro del running depende de la capacidad que tengan marcas, tiendas y el sector en general, de entender el presente de este deporte y no darle mayor potencial del que realmente tiene. De entender que aunque es obvio que el running tiene, todavía, bastante margen de recorrido, lo importante es llegar, no llegar cuanto antes. Tenemos que encontrar ese equilibrio donde la madurez de un segmento no es sinónimo de que esté quemado. El running ha crecido lo suficiente como para mantenerse fuerte. Y estable. Puede y debe seguir el ejemplo del fútbol y convertirse en un deporte estable, con un volumen de ventas muy importantes y que se mantienen sin excesivos problemas año tras año. Sobre todo si la práctica sigue al alza… que lo hará mientras la pandemia no se deje atrás. Lo que el running necesita ahora, y sobre todo cuando pase esta pesadilla del coronavirus, es mantener un ritmo de crucero. Y seguir sumando adeptos. Desde un punto de vista puramente pragmático, más corredores significa más clientes potenciales. Y a nuestro favor juega la adicción que provoca este deporte, capaz de ir sumando corredores habituales. El verdadero reto del running empezará cuando, sin la complicidad de las crisis, unos y otros tengan que ayudar a este deporte a seguir creciendo. El running, como el sector en general, ha ganado fuerza sin esforzarse demasiado, pero el día que todo esto acabe, el día que dejemos atrás las crisis económicas y las sanitarias, tocará trabajar para mantener el ritmo. A nuestro favor tenemos que, desde hace tiempo, lo que fue una moda se ha convertido en un segmento sólido, con una fuerte identidad y maduro. El running tiene que ser el nuevo fútbol. Como segmento. Un segmento fuerte, con grandes volúmenes de ventas, muy estable y con pocas probabilidades de sufrir un batacazo. La madurez no es algo negativo, todo lo contrario. Lo negativo seria estar esperando una nueva crisis para volver a crecer. El futuro del running depende de la capacidad que tengan marcas, tiendas y el sector en general, de entender el presente de este deporte y no darle mayor potencial del que realmente tiene. De entender que aunque es obvio que el running tiene, todavía, bastante margen de recorrido, lo importante es llegar, no llegar cuanto antes.
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