TradeSport 301 - Septiembre 2021

La fortaleza de un segmento se mide por su capacidad para adatarse a los cambios y, sobre todo, por su agilidad a la hora de hacer frente a los contratiempos y aprovechar las oportunidades. El running, en este sentido, está demostrando que su madurez, temida por muchos hace apenas 2 o 3 años, le está ayudando a sobrellevar e, incluso, aprovechar, la complejidad de un entorno incierto marcado claramente por el maldito Covid-19. La práctica deportiva ha repuntado espectacularmente en los últimos 18 meses, tras el encierro forzado, y el running ha sido una de las modalidades más dinámicas en este sentido. Después de una época de “bajón” tras su espectacular boom de la postcrisis (la económica), ha vuelo a ganar dinamismo. En los últimos 30 años ha quedado claro que las crisis acaban teniendo un impacto positivo en el sector. Al menos en la vertiente más atlética. El deporte, en contextos económicos convulsos suele convertirse en una de las mejores válvulas de escape, y si bien es cierto que una parte muy importante del sector se ve afectada por la caída en el poder de adquisición o por el ahorro, hay otra parte, la del material técnico de determinados deportes que, salvo excepciones, suele ganar cuota cuando las cosas se tuercen.Y en la lista de modalidades que suman repuntes de práctica y de venta cuando el rio baja revuelto, el running es, casi siempre, y con permiso del bike, el que ocupa el primer lugar. Le evolución del running en los últimos años ha sido espectacular. Pero también ha sido como una carrera de larga distancia.Y la estrategia, en algunos momentos, no ha sido la más adecuada. Se subió demasiado el ritmo antes de lo deseable,sin pensar que la meta, todavía, estaba lejos. Y claro, llegó el temido “muro”. Antes de lo esperado. Las piernas empezaron a fallar y el running no tuvo más remedio que bajar el ritmo. El segmento empezó a asumir sus dimensiones reales y maduró, dejando atrás las consecuencias negativas que había acarreado la sobreexplotación.Y fue entonces, en plena madurez, cuando arrancó la crisis del COVID-19. Y el running tuvo otro repunte. Y su madurez esta siendo clave para que aprovecharlo mejor. ASUMIR LA MADUREZ Crecer rápido, como correr rápido, no siempre es bueno. Hay que saber muy bien cuáles son los límites y cuál es el ritmo más adecuado para seguir en pie. Hay carreras en las que lo importante no es llegar cuanto antes, sino lo más lejos posible. Y el running, después de acelerar en exceso, entendió (aunque sea a base de sustos) que subir de pulsaciones puede ser peligroso. 2017 y 2018 fueron años de transición, de resituarse, de redimensionarse. De aceptar, sobre todo, que, aunque el running estaba muy vivo a nivel de practicantes (algo en lo que muchos no confiaban), la oferta, en marcas y tiendas, tenía que seguir depurándose. El crecimiento experimentado por este deporte durante varios años fue espectacular, pero también fue descontrolado. La lógica de los ciclos, de la que nadie ni nada se salva, y mucho menos las modas, ya hacía presagiar un frenazo brusco. Y así fue. Y lo más paradójico es que ese retroceso no se dio como consecuencia de una caída de la práctica, como había sucedido hace años en algunos deportes, sino más bien por una pésima gestión del éxito por parte de marcas y tiendas. La demanda era buena, pero la oferta era exageradamente alta. Y cuando eso pasa, es inevitable que la guerra de precios se acentúe. 2019 fue un año “extraño”. De consolidar esa reestructuración. De entender porque en un contexto donde el running seguía siendo uno de los a fondo RUNNING Aprovechar la situación deportes más practicados por los españoles, el segmento seguía sufriendo. Fue un año de seguir buscando una respuesta lógica y, sobre todo, medida, a la demanda. Y de esforzarse para generar más demanda mientras la selección natural seguía su curso. En estos años de transición,la clave ha sido entender el running, no como una moda o un segmento fácilmente explotable, sino como un universo sólido, fuerte, con identidad y mucho más maduro de lo que muchos creen. Un segmento que tiene, todavía, mucho recorrido. Y más ahora que ha quedado claro, por culpa del maldito virus, que la práctica sigue en niveles muy buenos y que muchos corredores han incorporado este deporte a sus hábitos, a su rutina. A estas alturas, y gracias sobre todo a los cambios que conllevan las crisis, hay una base muy sólida de corredores que sigue creciendo año tras año y que,obviamente,asegura un buen volumen de ventas. A corto y medio plazo, con el panorama que tenemos, el running es y seguirá siendo uno de los deportes más dinámicos del sector. Otro tema es como evoluciona el comercio, todavía sobredimensionado.Y también hay que estar muy atentos a los cambios que se están dando y se darán en el reparto de poderes, tanto entre marcas como, especialmente, entre tiendas. Las cosas han cambiado mucho en los últimos meses… y aunque es obvio que las ventas han crecido, también es evidente que ha cambiado mucho quién, cómo 65

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