una base importante-, se empezó a construir una nueva cultura deportiva y, también, empezaron a surgir un sinfín de nuevas actividades vinculadas al bienestar físico –y psíquico- que han mantenido muy vivo a este universo, definiendo lo que el fitness-wellness es, hoy en día: un sector con una identidad propia, fuerte, y preparado para seguir ganando fuerza. El gran punto de inflexión del fitness se dio con la reconversión de los gimnasios. Las actividades se multiplicaban exponencialmente año tras año y el fitness, en su definición más clásica, estaba siendo devorado por el nuevo mundo del wellness, cuyo gran “secreto” era aunar salud y deporte y promover la práctica deportiva como condición indispensable para estar bien emocionalmente. Y en este contexto, los gimnasios supieron reaccionar. Y lo hicieron justo en el momento más complejo. Con la crisis apretando y el gobierno poniendo palos en las ruedas, las instalaciones apostaron por una huida hacia adelante. En tecnología, en servicios, en oferta, en look incluso y, sobre todo, en modelos de negocio.Y, lo más importante, se han adaptado a la realidad laboral, un detalle que puede parecer anecdótico pero que ha sido clave para que todo el universo del wellness haya ganado practicantes a un ritmo bastante bueno, especialmente, como hemos dicho antes, en targets que hasta hace apenas 10 ó 15 años eran muy reacios a pisar un gimnasio. Los viejos gimnasios donde la musculación acaparaba todo el protagonismo hace muchos años que son parte del pasado. La nueva cultura del bienestar que se lleva construyendo desde finales de los 90 y que vincula el deporte a la salud y no sólo al físico, ha transformado por completo La nueva era del fitness comenzó cuando éste entró en la órbita del wellness. Dentro de esta burbuja del bienestar, experimentó un cambio radical. Sobre todo a nivel de gimnasios. bien que vaya el pádel en España, o empieza a abrir nuevos mercados o en pocos meses toca techo. Es una encrucijada muy fácil de entender: el grandísimo potencial que tiene el pádel se queda en nada si no se consigue ganar mercado. Seguirá siendo un segmento fuerte a nivel local, con una gran facturación y muchos practicantes, pero con un potencial muy limitado.Y entonces la selección natural –y la mala praxis- serán mucho más crueles de lo que son ahora. En cuanto al comercio, podríamos encontrar ciertos paralelismos con el running. En el sentido, sobre todo, de la sobreoferta. De la precipitación. Y, en los últimos dos o tres años, de la lógica darwinización. Cuando el pádel empezó a despuntar hace poco más de 10 o 15 años, empezaron a abrirse las primeras tiendas especialistas.Y con el boom posterior, estas aperturas se multiplicaron. Exageradamente. Pero claro, como en el running, las marcas no veían más allá del corto plazo.Y habiendo tantas marcas, era relativamente fácil tener surtido. Otro tema era venderlo. Ahora, el pádel es un deporte que ya trabajan más de la mitad de las tiendas y la lógica impone que, más allá de las grandes superficies y de algunos multideporte multiespecialistas que se han volcado en esta modalidad (y que controlan una cuota importante del pastel), sean las tiendas especialistas que han aguantado –físicas y sobre todo online- quienes vayan ganando terreno (sin ir más lejos las tiendas online han sumado crecimientos del 50% anual en los últimos dos años). FITNESS Running,pádel o bike han llenados muchas páginas en los últimos años.Y en los últimos meses postencierro. Estas tres modalidades han crecido considerablemente en los últimos tiempos, especialmente a nivel de práctica, y han sido motores muy importantes para el crecimiento del sector tanto antes como, sobre todo, después del confinamiento. Pero no han sido los únicos. El fitness, y todo el universo que se mueve a su alrededor (empezando por el homefitness o las clases virtuales) ha jugado, juega y jugará un papel clave para el deporte. Sobre todo en esta postpandemia… El fitness es una pieza clave para el sector.Y pese a algunos baches que ha tenido, en estos últimos 30 años el camino siempre ha sido hacia arriba. Y lo ha sido, sobre todo, por la capacidad que ha tenido este universo de transformarse. De adaptarse a una nueva realidad. De agazaparse bajo el paraguas del wellness para seguir creciendo, para consolidarse, sin hacer demasiado ruido, como uno de los universos más dinámicos del deporte. Quizás no en producto, pero sí en práctica y, sobre todo, en nuevas actividades y nuevos modelos de negocio. La gran transformación del fitness se dio hace poco menos de dos décadas, cuando empezó a evolucionar para adaptarse a las necesidades de un consumidor muy cambiante y muy exigente. Y a un entorno donde el bienestar ya hace años que se ha convertido en el eje sobre el que giran muchas “filosofías de vida” (algo que, evidentemente, se ha acentuado todavía más en estos últimos meses). La nueva era del fitness comenzó cuando éste entró en la órbita del wellness. Dentro de esta burbuja del bienestar, experimentó un cambio radical. Y como el running o el bike, el fitness fue vital para sobrellevar con bastante dignidad la crisis que arrancó a finales de 2008 y que se alargó hasta bien entrada la segunda década de este siglo. Se ganaron muchos practicantes -y eso siempre es 72 ESPECIAL 300 ACTIVIDADES DEPORTIVAS
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