El Made in Spain, que tanto ha potenciado Afydad en los últimos meses, ha dejado de ser un latiguillo peyorativo. Ahora es todo lo contrario: es una garantía de calidad. 53 se ha dejado notar, y el equilibrio es mucho menos preocupante que hace dos décadas.Además, el crecimiento de las exportaciones está muy por encima del de las importaciones, estancadas desde hace años. Uno de los grandes problemas que durante años ha frenado el crecimiento de las marcas nacionales, aquí y, también, fuera, es la obsesión casi enfermiza del consumidor español por idolatrar todo lo extranjero y renegar del producto nacional. El “patriotismo empresarial” que impera en países como Alemania o Francia –basta ver qué marcas son las más vendidas- ha sido imperceptible en nuestro país durante muchos años. Seguramente forma parte de nuestra personalidad, pero no hay duda de que durante años ha sido un lastre.Y digo ha sido, porque los datos que manejamos sobre las ventas de material deportivo en nuestro país constatan, de un tiempo a esta parte, que muchas marcas nacionales copan las primeras posiciones en varios segmentos. Lo nacional empieza a tener “cache” aquí, dentro de nuestras fronteras, y obviamente eso es un primer paso para ganar terreno fuera. Si no consigues que los tuyos crean en ti, difícilmente conseguirás que los demás lo hagan (y además no tendrás una base financiera sólida para afrontar el crecimiento internacional). Dicho esto, parece obvio que en esta última década, sobre todo, las marcas nacionales se han puesto a la altura de las grandes multinacionales. En calidad de materiales, en diseño y, también, en imagen. Además, la madurez que ha alcanzado algún segmento y la crisis han obligado a las empresas a buscar nuevas vías de crecimiento, siendo la internacionalización la más lógica… Así, no es extraño que, en 2020, entre un 90% y un 95% de las empresas del sector de artículos deportivos hayan tenido presencia más allá de nuestras fronteras y que, además, para muchas de ellas -para la mayoría- la exportación ya representa una parte fundamental de su negocio. La lista de marcas españolas que ganan cuota fuera de nuestras fronteras es muy larga, aunque seguramente, salvo excepciones, las que están apostando más por la internacionalización y por su posicionamiento en nuevos mercados son las marcas que acuden a las grandes ferias internacionales, especialmente a ISPO. Y muchas de ellas vinculadas al universo del outdoor y, en estos últimos años, del pádel, lo que confirma la fuerza de las marcas nacionales en este segmento. Sus productos son, seguramente, el mejor ejemplo de que a nivel de calidad no hay nada que envidiar a las grandes multinacionales: se trabaja con materiales de última generación y garantizan la misma calidad, lo que confirma que en varias ocasiones, todo –o casi todo- depende del presupuesto que se tenga en marketing… y en eso, muchas marcas españolas juegan con desventaja. A esta lista de empresas habría que añadir alguna marca más que se ha hecho muy fuerte fuera de nuestras fronteras. LA CALIDAD, FACTOR CLAVE La clave de este crecimiento hay que buscarla, básicamente, en la calidad. Muchas marcas nacionales –la mayoría- no pueden hacer grandes inversiones en marketing, sobre todo si las comparamos con los grandes gigantes mundiales, así que su gran valor añadido, es el producto. La oferta nacional ha experimentado un fuerte crecimiento en cuanto a calidad. Puede que sólo fuera un problema de imagen, pero hasta no hace mucho, el producto español se asociaba con demasiada facilidad a lo barato y a la mala calidad. La cosa, ahora, ha cambiado. En prácticamente todos los segmentos –en unos con más fuerza que otros- hay marcas nacionales que son pioneras en innovación y tecnicidad (ejemplos como el pádel, el fútbol sala o el outdoor son muy representativos). Con mucho esfuerzo y trabajo, las marcas nacionales han ayudado a que la percepción de los europeos respecto a la calidad de los productos españoles haya cambiado mucho en los últimos 30 años y las diferencias que existen entre la imagen que, en este aspecto, dan países como Estados Unidos o Alemania, no es muy distinta a la de España. Tampoco hay que olvidar el protagonismo que han tenido, en todo este “renacimiento” del Made in Spain, el deporte profesional. Alonso, Nadal, Gasol, el Barça, la selección nacional de Fútbol y de Baloncesto y un larguísimo etcétera han puesto a España en el punto de mira de todo el mundo.Y si a estos nombres añadimos otras personalidades del mundo de la cultura que se han convertido en iconos a nivel mundial, no es extraño que, por fin, cada vez haya menos gente que piense que España es un país tercermundista del Norte de África o de Centroamérica. Nueva gestión, nuevos límites Los cambios que se han dado a nivel comercial, muchos de ellos motivados por las nuevas herramientas de gestión, de comercialización y de comunicación, y las mejoras en las infraestructuras también han sido importantes para que las exportaciones hayan crecido. No hay que olvidar, además, que España juega un papel clave en el comercio mundial por su ubicación, sobre todo en el comercio marítimo. Su red de infraestructuras –especialmente puertos y aeropuertos- ha evolucionado de manera considerable en las últiEn estos momentos difíciles que atraviesa la economía europea, con las autoridades públicas demasiado ocupadas intentando reparar el sistema financiero tras la pandemia, la internacionalización tiene un papel clave.
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