En estas tres décadas ha habido muchos cambios: especialización, concentración, nuevas tecnologías, penetración del textil de espíritu deportivo en el conjunto de la sociedad, nuevos competidores ya sean marcas o cadenas textiles, incremento de la práctica deportiva y cierto abandono del performance en pro de la facturación... artículo del mes 38 Por Carlos Grande 30 años no son nada Para la generación X, aquellos que éramos adolescentes hace 30 años, las tiendas de deporte fueron los primeros templos de culto, al menos comercialmente hablando. A pesar de que no había concept stores ni flagship stores, las pequeñas tiendas de deporte eran lugar de peregrinaje de chavales para ver las ultimas novedades. Cuando de repente alguien comentaba la llegada de las “Pump” o las nuevas“Air” la visita al escaparate de la tienda de referencia era obligada. El deporte que entonces, al menos los chicos, practicábamos mayoritariamente, el fútbol, se jugaba en campos de tierra con duros balones Mikasa FT-5 y contábamos con una oferta limitada de marcas de botas, donde las marcas nacionales como Marco o Munich eran referentes junto a Puma o Patrick, y mayoritariamente entrenábamos con chándales desgastados y camisetas publicitarias. Sin embargo, los 90’s lo cambiaron todo. Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 significaron un impulso enorme para la práctica deportiva en nuestro país, que hasta ese momento estaba reducida al sempiterno fútbol,y a hitos puntuales como la medalla de plata de Baloncesto de Los Angeles’84. Nuestro deporte hasta los Juegos de Barcelona, más allá del fútbol, vivió de casos aislados, ya fuera Santana, Bahamontes, Paquito Fernández Ochoa, Perico, o la citada de la selección de baloncesto. Pero los juegos fueron el punto de inflexión. Los años 90`s encendieron la modernidad del sector, trajeron los colores al calzado deportivo, comenzaron a aparecer prendas técnicas para todo tipo de deportes, la práctica deportiva comenzó a enraizar entre la población y un par de marcas comenzaron a colonizar todos los segmentos deportivos, sin duda con la colaboración de las tiendas. No sólo eso, el año 92 y los Juegos de Barcelona también supusieron el desembarco de Decathlon en nuestro país. Esa década marcó el comienzo del camino a la madurez del sector en nuestro país; el sector comenzó a adquirir más profesionalidad y fue también el inicio de la andadura de Tradesport. Desde entonces los cambios en el sector han sido profundos y hoy el sector contiene múltiples diferencias con aquel sector deportivo, tantas como tienen nuestros hijos y su amplia diversidad de prácticas deportivas y marcas comparado con el fino espectro de mi generación. UN SECTOR ESPECIALIZADO Hoy la venta se ha especializado y cada vez es más complicado encontrar tiendas no especialistas. Esto ha provocado que las tiendas multideporte, esenciales hace 30 años, resulten hoy cada vez más extrañas entre el parque de tiendas, entre otras cosas, porque las políticas de comercialización de las propias marcas perjudican de manera notable esa falta de especialización en alguna disciplina deportiva. Este hecho, junto a las dificultades propias que el comercio tradicional ha sufrido en este tiempo, ha provocado que no sean numerosas las supervivientes de aquellas tiendas en que los de mi generación quedábamos embobados frente al escaparate. Hoy, el sector camina decididamente a la concentración en todos sus niveles y en todas las disciplinas, pues incluso el ciclismo, una rama especial dentro de la venta de artículos deportivos, especialmente atomizada y multilateral, sigue hoy un paso decidido hacía la concentración como lleva haciendo el resto del sector deportivo desde hace más de una década. Esta concentración está fuertemente impulsada por las principales marcas, que llevan empujando en esta dirección algún tiempo. Por otro lado, la práctica deportiva en España se ha disparado, y hasta la pandemia ha sido un impulsor de la misma. Sin duda, el sector se ha aprovechado del crecimiento de la práctica deportiva en nuestro país, lo que ha incrementado el número de clientes, pero también ha crecido desde que la moda deportiva se ha abierto paso en el vestido de cada día. Da igual si lo denominamos urban, athleisure o de cualquier otro modo: lo cierto es que la ropa con espíritu deportivo ha colonizado las calles y las oficinas, y muchos productos propios del sector han entrado de lleno en los códigos de vestimenta socialmente aceptados. Ya no es imprescindible que los clientes deportistas visiten las tiendas, si los clientes son pro-deporte es suficiente, y quizás el mejor descubridor de este hallazgo fue Decathlon, quien está entre los grupos empresariales con mayores volúmenes de venta de productos textiles en España. De hecho, Decathlon probablemente sea el tercer mayor vendedor de productos textiles de nuestro país, convirtiéndose de esta manera en un retailer transversal en lo que a productos textiles y calzado se refiere, mucho más allá de ese “category ki-
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