potenciales practicantes de triatlón, parece obvio que el problema no está en la práctica. Hay practicantes, hay muchas ganas… pero apenas hay competiciones. Sobre todo populares. O no se celebran o un día se anuncian y al siguiente se cancelan.Y así llevamos ya muchos meses Con las retricciones que todavía hay y con los repuntes al orden del día, parece muy difícil que la cosa pueda cambiar a corto plazo. Sí, hay algunas competiciones, sobre todo para profesionales, pero en general la cosa está bastante complicada. Y no es fácil ni para organizadores ni para marcas apostar por según qué formatos. Se pueden hacer equilibrios, reinventar competiciones, cambiar triatlones por duatlones, pero la realidad es que es archicomplicado definir un calendario de competiciones. Porque el futuro a corto plazo es muy incierto y, sobre todo, porque nadie quiere correr riesgos económicos sin tener la certeza de que el encuentro será viable. Y la mayoría, sobre todo las grandes franquicias, no lo son si la participación no alcanza unos mínimos. Estamos demasiado a expensas de cómo avanza la situación. Y todavía hay mucho miedo a organizar, y a apuntarse, a eventos deportivos populares. Uno podría pensar que, con el bike y el running en auge, el triatlón también esquivaría la crisis con cierta pericia.Y, si nos centramos en el material, puede que así sea. El problema es que en esta disciplina la competición juega un papel clave. Y con todo parado, si una parte tan importante del negocio no funciona, se resiente todo el segmento.Y eso es lo que le ha pasado al triatlón: hay practicantes, hay un nivel aceptable de ventas, hay muchas ganas… pero el frenazo de las competiciones es un palo importante para un deporte que, antes de la pandemia, se estaba resituando después de un boom exagerado. En todo. PREPANDEMIA: EN PLENA MADUREZ Antes de la llegada del Covid, el triatlón se encuentraba, después de un crecimiento espectacular en la primera década de este siglo XXI, en plena madurez. Racionalizándose, redimensionándose y cogiendo ritmos más lógicos. Y más adecuados, empezando a comportar como en segmento maduro.Y estable. Y aunque esta madurez le priva, a priori, de volver a lograr grandes repuntes, sí le asegura unos mínimos suficientemente importantes, en practicantes y ventas, como para dejar atrás la etiqueta de “deporte de moda” y acabar de consolidarse como un segmento fuerte, sólido y con identidad propia. La burbuja del triatlón se ha deshinchado, eso es evidente. Pero también lo es que, antes de la pandemia, su salud era muy buena. Precisamente porque el segmento había entendido hasta donde podía llegar. Era evidente que el crecimiento no se mantendría y que tarde o temprano, tras la euforia y los excesos, habría una selección natural.Y así fue. Por suerte. Tras la previsible tormenta de los cierres de tiendas especializadas que habían salido de la nada y con la agenda de competiciones más racionalizada, el triatlón era un segmento maduro y estable, con todo lo bueno que ello conlleva. Y aun siendo todavía minoritario, porque lo es, se había conseguido construir una base muy sólida, tanto de practicantes como, también, de oferta. El margen de crecimiento no era tan amplio como el que muchos le auguraban hace apenas diez años, cuando empezó su espectacular auge (uno de los más importantes de los últimos años porcentualmente hablando), pero tanto el volumen de practicantes como el de ventas era realmente bueno, generando bastante dinamismo en el propio triatlón y, también, en el bike, el running o la natación. Así era el triatlón en la prepandemia… PANDEMIA: CON PRACTICANTES, PERO SIN COMPETICIONES Lo hemos dicho antes, el triatlón no tiene apenas sentido sin las competiciones. Y las competiciones han sido, y están siendo, las grandes damnificadas de la pandemia. El encierro fue un palo enorme para los practicantes, pero quien más quien menos se las apañó con un rodillo o haciendo ejercicio en casa. Y cuando se pudo salir, muchos recuperaron sus ritmos de entrenamientos. Por etapas, porque por ejemplo muchas piscinas estaban cerradas o no se podía ir más allá del propio municipio ni en bici, pero en general los triatletas pudieron volver a entrenar con cierta normalidad. Y si a eso le añadimos que running y Bike ganaron muchos nuevos adeptos que son 117 El deporte ha sido uno de los grandes beneficiados de la pandemia. Lo hemos dicho por activa y por pasiva. Pero hay matices. Y muchos. Es cierto que la práctica se ha disparado y deportes como el Bike, el running o el pádel han visto como, además de los practicantes, también crecían las ventas, pero todas las monedas tienen dos caras. Y en el caso del deporte, quien se ha llevado la peor parte son las competiciones. Y con ello han puesto en standby el presente de algunas modalidades. Entre ellas, y seguramente en cabeza, el triatlón. ESPECIAL TRIATLÓN En boxes
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx