Las tiendas de deporte tienen que hacer valer sus ventajas competitivas. Y la mejor de ellas es el valor de la marca. Y la posibilidad, también, de ofrecer un buen nivel de tecnicidad y diseño. El reto es saber transmitir ese valor a la mujer, porque uno de los aspectos determinantes para que el segmento crezca es atraer a la mujer a las tiendas de deporte. de marcas que trabajan el textil tiene en su oferta bañadores, éstas no sólo tienen que competir con las marcas especializadas -muy fuertes en la vertiente más atlética- sino que tienen que hacer frente a la fuerza que tienen los canales alternativos en la venta de un artículo cada vez más cercano a la moda. Seguramente por eso, la venta de bañadores en tiendas deportivas no representa más de un 10% de las ventas totales, un porcentaje preocupantemente bajo. Por suerte, en estos últimos años se han dado tres circunstancias, que ya hemos mencionado antes, que han permitido al deporte arañar un poco de cuota a las tiendas no deportivas: por un lado las marcas han apostado fuerte por el diseño y han sabido encontrar un equilibrio perfecto entre deporte y moda -a pesar de que el precio sigue siendo sustancialmente superior al de los canales alternativos-; en segundo lugar, las tiendas se han dado cuenta de esta realidad y también han apostado fuerte por el baño más vinculado a la moda, especialmente en hombre, un perfil mucho más fiel al canal; y finalmente, la emergente moda gliss, pese a la debacle de las surferas en la crisis, ha convertido a muchas de sus marcas en las marcas más deseadas por un grupo importante de jóvenes. Pero volvamos a las ventas. En los últimos años, pandemia aparte, la venta de bañadores de hombre se ha situado siempre alrededor de los dos millones de unidades vendidas. En mujer, en cambio, las ventas apenas superan el millón. Esta diferencia entre las ventas de hombre y de mujer confirma, no sólo que, pese al boom postencierro, los índices de práctica deportiva siguen siendo más altos entre los hombres, sino, sobre todo, que la mujer -que tiene el poder de decisión de un porcentaje muy alto de las compras familiares-, no acaba de asociar el baño con el deporte. O no tanto como el hombre.Y el genero, en este caso, es muy importante a la hora de analizar el universo del baño. A pesar de las diferencias en cuanto a preferencias que hay entre hombre y mujer, podríamos dividir la categoría Baño (dentro de nuestro canal) en tres grandes grupos: marcas atléticas y/o especialistas; marcas de primer precio; y marcas de surfwear -gliss-. Las primeras logran atraer por su funcionalidad (su uso es, básicamente, para piscina), las segundas, lógicamente, por su precio y las terceras por su“imagen”.Sin embargo,esta homogeneidad que nos permite dividir el segmento no tiene continuación en los gustos de hombres y mujeres, y una de las cosas que más sorprende a simple vista si analizamos las ventas por marcas es la diferencia que hay entre ellos y ellas respecto a las marcas que ocupan las primeras posiciones de los principales rankings. En la categoría de Mujer, el liderazgo es, como casi siempre, de marcas atléticas, lo que confirma una evidencia de la que ya hemos hablado antes: la mayoría de mujeres compran baño en el canal cuando necesitan bañadores para nadar. En la categoría de hombre, que representa casi el 70% de las ventas del segmento -en unidades y valor- las cosas son distintas, principalmente porque el hombre no se decanta tanto por marcas especializadas y prefiere marcas líderes del sector deportivo y por las vinculadas al mundo gliss. No en vano, más el 83% de las ventas corresponden a baño moda. a fondo 68 ESPECIAL BAÑO
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