77 En este proceso de darwinización que la crisis ha acelerado, es importante que entre todos asumamos que las cosas han cambiado mucho en muy poco tiempo. La pandemia ha acelerado exageradamente el crecimiento del mundo online. Y con este poder ganado, la transformación del mundo offline será todavía más radical. Y rápida. Se seguirán vendiendo cientos de miles de zapatillas. Y accesorios. Y textil. Pero cambiará mucho quien los vende. saber si ese repunte se mantiene en el tiempo cuando se deje atrás esta época negra. Es cierto que, a diferencia de otras crisis puramente económicas, en esta pandemia el deporte ha alcanzado, por su estrecha vinculación con la salud, un estatus nunca visto antes, pero todavía es pronto para saber si esta nueva cultura del deporte perdura en el tiempo y “soporta” los habituales desvíos del gasto cuando las cosas vuelven a invitar al optimismo: el verdadero reto del running empezará cuando, sin la complicidad de la crisis, unos y otros tengan que ayudar a este deporte a seguir creciendo. El running, como el sector en general, ha ganado fuerza sin esforzarse demasiado, pero el día que todo esto acabe, el día que dejemos atrás las crisis económicas y las sanitarias, tocará trabajar para mantener el ritmo. A nuestro favor tenemos que, desde hace tiempo, lo que fue una moda se ha convertido en un segmento sólido, con una fuerte identidad y maduro. Con todo lo bueno que ello implica. Y en este proceso de darwinización que la crisis ha acelerado, es importante que entre todos asumamos que las cosas han cambiado mucho en muy poco tiempo. Sobre todo en el cómo se vende. En el quién se vende. Antes lo hemos dicho y es un dato a tener mucho más en cuenta de lo que algunos crees: la pandemia ha acelerado exageradamente el crecimiento del mundo online.Y con este poder ganado, la transformación del mundo offline será todavía más radical. Y rápida. Se seguirán vendiendo cientos de miles de zapatillas. Y accesorios. Y textil. Pero cambiará mucho quien los vende. Arranca una época que estará dominada aplastantemente por especialistas offline consolidados, grandes cadenas (físicas) y tiendas online (especializadas y, sobre todo, generalistas/ marketplaces). El sell-in, lógicamente, seguirá con el mismo dinamismo y las marcas, como mucho, cambiarán de clientes, pero el sell-out va a sufrir una revolución nunca vista antes. En el running y en muchos otros deportes. El segmento tiene que asumir que el hecho de que cada vez haya más gente que corre –porque eso es obvio- no significa, ni mucho menos, que se necesite más oferta de tiendas. Ni especialistas ni multideporte semiespecializadas. El futuro del running, como el de cualquier otro segmento de los que actualmente están en auge (y eso va especialmente por el bike) es encontrar el equilibrio. Aprovechar el buen momento actual pero, también, empezar a actuar en el presente para poder “blindarse” en el futuro. Si no, todo lo ganado se acabará perdiendo y, en el camino, se quedarán muchos muertos. En cualquier caso, haya los cambios que haya, a lo que tiene que aspirar el running a corto o cortísimo plazo es a encontrar ese equilibrio donde la madurez de un segmento no es sinónimo de que esté quemado.Y un buen ejemplo de ello es el fútbol. Con más o con menos altibajos, con modas o tendencias, el running ha alcanzado un nivel, en practicantes y ventas, que le ayudan a mantener una velocidad de crucero pero que, también, le obligan a actuar para mantenerla. El futuro del running sólo será positivo si el segmento, todo, asume que lo importante no es crecer exageradamente sino hacerlo progresiva y racionalmente. Es un deporte estable, con un volumen de ventas muy importantes y que, salvo sorpresas, seguirá siendo uno de los grandes motores del sector durante muchos años.
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