2020 ha sido un año muy complejo. Uno de los años más complicados, a nivel global, de las últimas décadas. La pandemia ha marcado absolutamente toda la agenda de los últimos 10 meses del año y vamos a tardar mucho tiempo, seguramente años, en recuperarnos. La gran tragedia del coronavirus es, obviamente, las muertes, los miles y miles de españoles que han fallecido por culpa del maldito virus (y la cifra sigue subiendo), pero esta crisis también ha provocado, y desde el minuto cero, una terrible crisis económica que ha finiquitado a miles de empresas y ha dejado sin trabajo a más de 600.000 personas. Y el Retail ha sido, obviamente, uno de los sectores más afectados: con las persianas bajadas más de dos meses y con las restricciones que se han impuestos desde que pudieron abrir, muchas tiendas, de muchos sectores, no han podido aguantar abiertas (a día de hoy uno de cada tres locales comerciales han tenido que finiquitar el negocio). Las calles de cualquier ciudad son un campo de batalla en el que pueden verse, todavía, los muertos, con cientos de locales cerrados, incluso en las calles más comerciales. Incluso algunos que ocupaban grandes compañías. Y en este contexto, en el que cualquier sector estaría al borde del abismo, el deporte se ha hecho fuerte. Al menos a nivel global. Se han cerrado cientos y cientos de tiendas (y van a cerrar más) y han sido muchísimos los que han visto ese abismo muy de cerca, pero en el “marcador global” el deporte ha sido de los universos menos afectados. ¿Por qué? Pues simplemente porque la práctica se ha multiplicado exponencialmente. Es algo que suele suceder siempre que la economía entra en un bache, pero en esta ocasión, la crisis sanitaria y, sobre todo, el asfixiante encierro de marzo-mayo, han disparado todavía más los índices de práctica. La gente salió en tromba a hacer deporte cuando el estado de alarma nos permitió salir. Por las ganas de escapar de casa y porque en esos dos meses, con el virus metiendo miedo, la gente empezó a valorar lo que el deporte significa para la salud.Y en nada, en apenas dos o tres meses, deportes como el running, el fitness, muchas modalidades Outdoor, el pádel y, sobre todo, el bike, dieron un salto cuantitativo simplemente espectacular.Tanto que en muchos de estos segmentos el sector no se ha podido responder a la demanda.Y el mejor ejemplo es, seguramente, lo que ha pasado en el bike, donde ya antes del verano, las roturas de stock, tanto de marcas como de tiendas, frenaron en seco la evolución de este universo. La pandemia ha alterado completamente el ritmo de producción a escala mundial. La rueda se paró durante dos o tres meses y está costando mucho que vuelva a coger velocidad. En muchos segmentos no se han recuperado las entregas y si la cosa no cambia rápido -y por ahora no hay síntomas de que así sea- podemos perder muchas (más) oportunidades. Porque no nos engañemos, este boom de la práctica no será eterno. En cuanto al retail, como era previsible, como sucede en cualquier crisis, los pequeños han sufrido (afortunadamente una gran mayoría de los especialiseditorial 5 La pandemia ha transformado por completo el panorama comercial. Por lo que han sufrido marcas y tiendas y, sobre todo, por los cambios que ha impuesto esta crisis. Cambios que tienen que ver, sobre todo, con la manera de comprar de los consumidores... y con la manera de vender de las marcas. 2020 ha sido un año de revolución. Cuando el 13 de marzo tiendas y marcas cerraron sus puertas sin fecha de reapertura, la situación pintaba muy mal. Poco podríamos imaginar, entonces, que en apenas 10 meses el sector cambiaría tanto. Marcados por la pandemia Jaume Ferrer, Director jferrer@tradesport.com tas del sector han podido resistir) y los grandes, aunque han sufrido muchas restricciones, se han hecho más fuertes. Al final, las ventas, pese a todo, han sido relativamente buenas, pero, claro, quienes se han aprovechado de ello han sido pocos operadores. Especialmente los grandes del online que, con las tiendas cerradas y la gente en casa, dispararon sus ventas hasta unos niveles que nadie podía predecir. La pandemia ha activado y revolucionado totalmente el panorama comercial y, tanto marcas como tiendas, han tenido que adaptarse rápidamente a las nuevas relaciones comerciales e incorporarse al mundo digital, sobre todo, por los cambios que ha impuesto esta crisis. Cambios que tienen que ver con la nueva manera de comprar de los consumidores. Con lo que quieren y, sobre todo, con cómo lo quieren comprar. Por lo que exigen a las marcas. Unas marcas que también han acelerado sus estrategias de B2C en plena pandemia, algo que, sin duda, va a marcar el futuro a corto plazo del sector. Por las ventas que van a controlar directamente y,sobre todo,porque en esas estrategias hay, también, una larga lista de exigencias para el Retail. Exigencias que obligan a sus clientes a cambiar (y bastante).Y esos cambios van a acabar definiendo un universo Retail completamente diferente al de hace apenas 5 ó 10 años. La historia dirá que 2020 fue el año del inicio de la mayor pandemia mundial y que trajo consigo una revolución. Cuando el 13 de marzo nos obligaron a quedarnos en casa y tiendas y marcas debieron de cerrar sus puertas sin fecha de reapertura, la situación pintaba muy mal. Poco podríamos imaginar, entonces, que en apenas 10 meses el sector cambiaría tanto. Ni que cerraríamos el año con un balance (global, insisto) relativamente bueno y que ese encierro implicaría tantos cambios a tantos niveles. Cambios que se acabarán de consolidar este 2021, que arranca como un año de transición, en el que la práctica, a priori, seguirá creciendo (y las ventas lo aprovecharán) y en el que, sobre todo, se acabará de apuntalar el fuerte auge de la venta online y ganarán fuerza las estrategias B2C de las grandes. La pandemia encendió una mecha que sigue ardiendo a gran velocidad y todo indica que este 2021 será un año de darwinización radical. El sector ha entrado en un proceso de gran transformación y se abren grandes oportunidades para todos, pero solo los que estén preparados y se adapten rápidamente (y no necesariamente tienen que ser sólo los grandes), serán quienes llevarán las riendas en los próximos años.
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